La Policía estrecha el cerco sobre las sectas de la provincia de Alicante

El Plan operativo de actuación y coordinación policial frente a sectas destructivas busca potenciar las capacidades de los agentes para perseguir a las sectas y ofrecer asistencia integral a las víctimas.

Para entender plenamente la amenaza, hay que recurrir al testimonio de expertos como el psicólogo clínico Miguel Perlado, fundador de la Asociación para la Investigación del Abuso Psicológico (AIIAP). Según explica, la motivación de una secta no es solo monetaria, como se puede llegar a pensar, sino que también les mueve el control del mayor número de personas posible.

Hay casos en los que la pertenencia a una secta se puede prolongar hasta dos décadas, así que «la salida es un proceso lento», seguida de una terapia que puede requerir de años para que se recupere la estabilidad mental.

Ante este contexto, el nuevo plan policial aporta medidas preventivas y de investigación, definiendo las funciones que tienen las distintas unidades policiales. También impulsa la formación y concienciación de los agentes para que sean capaces de detectar de manera temprana a estos grupos, y ofrezcan a las víctimas una atención integral y especializada.

La hoja de ruta policial también habilita un canal de comunicación -a través de la dirección de correo sectasdestructivas@policia.es- para que los ciudadanos puedan alertar de manera anónima y confidencial sobre las acciones de grupos sectarios. A su vez, se prevé el desarrollo de campañas de información y sensibilización ciudadana.

El plan promete ser de especial ayuda en Alicante para combatir tres tipos de sectas, que de acuerdo al responsable de AIIAP, son las mayoritarias en nuestra provincia. En una primera categoría, Perlado incluye a las sectas de tinte parapsicológico o esotérico; un «cajón de sastre muy amplio donde podemos encontrar incluso 'cazadores' de platillos volantes».

Otro segmento está relacionado con esquemas de inversión piramidal o negocios multinivel. Y en último lugar, las prácticas indigenistas relacionadas con la santería. Estas últimas «se suelen relacionar con ritos satánicos, pero nada más lejos de la realidad, son más rituales de origen afrocaribeño como la religión palo mayambé.

«Hay que entender que uno no entra en una secta, sino que es introducido por otra persona, a veces incluso por un allegado». De esta forma explica el fundador de la AIIAP el primer paso para caer en estas redes, que con mucha frecuencia enmascaran su verdadera naturaleza.

«La gente se interesa por ellas ya que desde fuera presentan temáticas de interés como la filosofía, la ecología o la ayuda al tercer mundo. En los primeros encuentros, hay gente entrenada para ir filtrando a los asistentes y detectar quién puede ser arrastrado al núcleo duro de la organización con mayor facilidad», alerta el terapeuta.