El mes de mayo más lluvioso de las últimas tres décadas no alivia la sed de la Marina Baixa

A ello, además, contribuye también el hecho de que la Marina Baixa, al contrario de lo que ha sucedido en otras comarcas como El Comtat, l'Alcoià, l'Alacantí o el Vinalopó, no ha registrado precipitaciones torrenciales y, aunque ha llovido, el agua recogida apenas ha servido para recuperar en los embalses el mismo nivel que tenían hace exactamente un mes.

De hecho, sólo el día 12 de mayo las lluvias en la Marina Baixa fueron lo suficientemente significativas como para poder ser comparadas en intensidad a las registradas en el resto de provincia mientras que el resto de días de esta segunda quincena del mes el agua caída del cielo no fue, en ningún caso, exagerada.

Así las cosas, el pantano de Guadalest, que abastece a la mayor parte de la comarca incluida la ciudad de Benidorm, llega al día 1 de junio con 9,04 hectómetros cúbicos, casi el 70% de su capacidad total (13 hms3), exactamente la misma cantidad que la que acumulaba el día 1 de mayo, aunque es cierto que las lluvias han servido para que la reserva castelluda se recupere del mínimo que tocó el día 21 de mayo con 8,72 hms3.

La otra gran reserva de la Marina Baixa, el pantano del Amadorio, contiene a día 1 de junio 6,26 hms3 de agua (40% de su capacidad total) frente a los 6,39 hms3 con los que inauguraba el pasado mes de mayo, habiendo llegado, el día 23 de mayo, a su punto más bajo de este periodo con 5,92 hms3.

Todo ello deja a los dos embalses de la comarca de la Marina Baixa a la entrada de la temporada alta turística y, con ella, la de mayor consumo, con 10,13 hectómetros cúbicos menos que los que sumaban en la misma fecha de hace un año, cuando ambas reservas se llenaron hasta los topes después de un mes de abril muy lluvioso.

En concreto, el día 1 de junio de 2022 el pantano de Guadalest contenía 11,55 hms3 (2,51 más que en estos momentos) mientras que el embalse del Amadorio albergaba entonces 13,88 hms3 (7,58 más que ahora).

Pese a todo, las lluvias caídas en el mes de mayo han permitido despejar definitivamente el fantasma de las restricciones, al menos, hasta el inicio del próximo año hidrológico en el mes de septiembre.

Esta realidad no ha sido tanto consecuencia directa de ese tibio aumento en la cantidad de agua embalsada en los pantanos, sino, sobre todo, en la recuperación de los acuíferos y del agua del subsuelo, que ha superado ya el nivel de los 40 centímetros.

Así las cosas, a día de hoy se han podido garantizar los suministros tanto urbanos como agrarios para todas las comarcas de la provincia de Alicante, al menos, hasta el mes de octubre, aunque los expertos advierten de que este episodio de lluvias puede ser un espejismo y que ni mucho menos se puede dar por superada la situación de sequía que venimos sufriendo desde hace mucho tiempo.