El Gobierno descarta la conversión de la base militar de Aitana en un centro de migrantes con 600 plazas
El estado en ruinas de la edificación y la presión vecinal, se encuentran tras la decisión del ejecutivo, que pretendía invertir 25 millones en el proyecto
La Sierra de Aitana no albergará finalmente un centro de acogida de migrantes con 600 plazas. El Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones ha decidido finalmente no materializar el proyecto, consistente en la adecuación de la antigua base militar ubicada en este paraje alicantino, y en el que pretendía invertir 25 millones de euros.
De acuerdo a la resolución ministerial en que se explicita la decisión, se alude a dos razones principales para no seguir con el proyecto. Por una parte, «el estado confirmado de ruina de las edificaciones a rehabilitar», que a la postre «supondría un incremento del presupuesto por encima de lo aconsejable». Por otra, la constitución de una plataforma vecinal contraria al proyecto, «amparada en su impacto medioambiental, urbanístico, económico y social y el consiguiente riesgo real de una intervención judicial que supondría retrasos en la ejecución».
La fase en la que se ha producido la suspensión es la adjudicación del contrato de elaboración del proyecto básico de rehabilitación, por lo cual «se compensará, en su caso, a los candidatos o licitadores con un importe equivalente a, como máximo, el 1% del presupuesto base de licitación».
«La comarca dejaría de ser la misma»
La plataforma a la que alude el escrito es 'Salvem Aitana', constituida por vecinos de municipios cercanos a la instalación, y entre los que se encontraban Alcoleja, Sella, Penáguila, Benilloba, Benasau o Confrides.
«No nos oponemos a la llegada de inmigrantes. Solo decimos que aquí no podrán disfrutar de unas condiciones óptimas. Su posibilidad de reinserción en la zona sería nula, porque los pueblos de alrededor no tienen suficientes recursos para absorberlos. Además, las carreteras no están adecuadas para un flujo constante de vehículos, ni hay líneas regulares de transporte público. En casos de incendio sería muy difícil evacuar el centro, y eso podría ocasionar una catástrofe», reconocía a este medio hace meses Raquel Ramón, integrante de este colectivo.