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P. Sellés
Alicante
Sábado, 27 de mayo 2023, 20:20
El 28 de mayo supondrá un antes y un después para dos municipios de la provincia de Alicante. Almudaina y l'Alqueria d'Asnar despiden a sus respectivos primeros ediles, los únicos que han tenido durante la reciente historia democrática de España.
Ambos ostentan en su haber dos hitos. Los 51 años en el cargo hacen al almudainer José Luis Seguí el alcalde más longevo de toda España; mientras que el alquerier Jaume Pascual se convirtió a sus 23 años en gobernante más joven tras las primeras elecciones democráticas del país.
A pesar de que los separa su signo político, les une la proximidad geográfica de sus municipios (ambos pertenecen a la comarca del Comtat) y su incombustible devoción por el municipalismo. En caso contrario, no se entenderían sus 51 y 44 años de mandato respectivamente, ostentando una responsabilidad que en pequeños municipios como el suyo no está remunerada. No es esto lo que les unirá de cara a la posteridad, y es que ambos dejarán la vara de mando a la vez.
Se podría decir que el popular Seguí y el socialista Pascual son dos artistas, que han erigido a Almudaina y l'Alqueria como sus dos grandes obras maestras. A base de subvenciones han conseguido cincelar la trama urbana y garantizar servicios básicos a sus vecinos; algo que han conseguido con un talante dispar que se evidencia echando un simple vistazo a sus escritorios.
El de Jaume Pascual está presidido por una foto en la que aparece acompañado por Alfredo Pérez Rubalcaba, su «referente político», como él mismo reconoce. Junto a esa hay otra imagen simbólica; la del reconocimiento que recibió en el Senado con ocasión del 40 aniversario de las primeras elecciones democráticas. Por su parte, en la mesa de José Luis Seguí reposa el retrato del Rey Felipe VI, un elemento que va en consonancia con el talante «moderado» del que hace gala.
Esa actitud le sirve para desmarcarse del régimen durante el cual accedió a la alcaldía, y es que fue el Consejo de la Falange en tiempos de dictadura quien le designó alcalde; una responsabilidad que en sus inicios tuvo reticencias a aceptar. Esas reservas se disiparon con el tiempo, y así se lo han agradecido sus vecinos, otorgándole el poder por mayoría absoluta en las 11 elecciones que ha ganado.
En ese medio siglo de mandato ha tenido tiempo ha acometer múltiples mejoras en su pueblo, desde una red de caminos para todo el término municipal hasta un pozo para hacer frente a los escasos recursos hídricos de Almudaina. Proyectos valorados en 100 y 30 millones de pesetas, cifras a las que José Luis alude sin el menor atisbo de duda, y que evidencian una memoria que sus 82 primaveras no han conseguido apagar.
No obstante, el proyecto del que habla con mayor orgullo es la recuperación de la Torre de Almudaina. Un baluarte construido en época islámica medieval que estuvo abandonado durante decenios hasta que con ayuda de la Diputación de Alicante se pudo recuperar para uso turístico.
Jaume Pascual no se queda a la zaga, y también enumera las diversas iniciativas con las que ha transformado l'Alqueria d'Asnar. Su particular joya de la corona es un complejo deportivo que cuenta con su propia piscina climatizada; instalaciones nada habituales en un municipio que no llega a 500 habitantes.
No es de extrañar que algunos conozcan l'Alqueria d'Asnar como la «pequeña Suiza», como apunta el alcalde, apelativo que prefiere al de «pequeña Rusia», como se la conocía hace décadas por su fuerte presencia obrera. «No me gusta que se nos compare con un país dirigido por un tirano. Me considero republicano, aunque respeto a la Monarquía».
Afirmaciones como esta demuestran que el socialista habla sin tapujos y no tiene reparos en mostrarse crítico, incluso con gente de su propio partido. Por eso reivindica proyectos que considera capitales para su comarca, como un polígono industrial mancomunado, o una mejora en la red de carreteras que garantice una vía rápida entre Muro y Bocairent.
Las consecuciones para su pueblo no se entenderían sin su vocación supra municipal, y es que además de ostentar la secretaría general del PSOE en su comarca, también ha sido diputado en el órgano de gobierno provincial. No obstante, en su hoja de servicio no esconde la «espina clavada» con la que abandonará el poder, como son las obras del nuevo colegio que diversos trámites burocráticos han obligado a postergar.
José Luis Seguí también deja encarrilados diferentes proyectos, como la habilitación de una sala multiusos en los bajos del ayuntamiento, o el cambio a tecnología led del sistema del alumbrado público. «Es el momento de pasar el testigo para que otros culminen estos proyectos. Mi familia ha influido en la decisión», reconoce el popular, quien deja la vara de mando, pero seguirá ostentando la presidencia en la agrupación local de su partido. Decisión similar a la su homónimo en l'Alqueria d'Asnar: «Tengo ADN socialista, por lo que seguiré vinculado a mi formación».
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