A Ximo le estalla Compromís
La establidad del Gobierno valenciano queda tocada tras el cese de la consellera de Agricultura a instancias de la vicepresidenta Aitana Mas
La destitución de Mireia Mollà como consellera de Agricultura fruto de la guerra interna de Compromís le ha estallado al presidente de la Generalitat como una bomba de espoleta retardada. Justo en el peor momento. A siete meses de las elecciones autonómicas.
La estabilidad del Gobierno valenciano se resquebraja precisamente en el último tramo. Puig ha activado una solución de emergencia con Isaura Navarro como nueva responsable de Agricultura y Medio Ambiente. Pero parece que no será suficiente.
Desde luego, no ha sido decisión del presidente de la Generalitat. Ha sido a petición de la vicepresidenta, Aitana Mas. A Puig no le ha quedado más remedio que aceptar esta demanda, puesto que hacer cualquier otro movimiento hubiera desestabilizado todavía más el Consell.
Puig ha maniobrado cuanto ha podido para mantener el equilibrio en el Gobierno valenciano. Primero, con Oltra como vicepresidenta 'star' y, después, intentando dar visibilidad y protagonismo a sus socios de Ejecutivo para que pudieran mantener altas sus expectativas electorales.
El jefe del Consell sabe que un tercer Botànic depende de que tanto Compromís como Podem mantengan sus apoyos. Mientras, el plan del presidente pasa por expandirse hacia el centro político, toda vez que el flanco izquierdo ya lo tiene más que cubierto.
De ahí que haya realizado concesiones siempre que sus socios se lo han pedido. La última, incluir una subida impositiva «a los ricos», como le reclamaba Mas, para los presupuestos de 2023. Unas cuentas que el Consell presentará el lunes en medio de un formidable ruido en el principal apoyo del presidente.
Tanto follón hay que Puig no ha podido detenerlo. Todo ha estallado tras la imputación y posterior cese de Mónica Oltra.
Guerra civil
La diferencia con anteriores escaramuzas es que, en esta ocasión, no es entre partidos del Botánic, Es una guerra civil entre Bloc e Iniciativa, las dos principales formaciones que integran la coalición nacionalista. El problema es que el enfrentamiento se multiplica, puesto que la vicepresidenta Aitana Mas y la ya exconsellera Mireia Mollà comparten muchas cosas.
En primer lugar, ambas son alicantinas. Y, para más inri, de la misma comarca. La vicepresidenta, de Crevillent. Y Mollà, de una histórica familia de la izquierda ilicitana. Lo más sorprendente de todo es que ambas pertenecen a la misma corriente: Iniciativa del Poble Valencià.
Sin embargo, ni siquiera todas estas coincidencias han servido para que Mas y Mollà hayan hecho piña. Más bien al contrario. Tanto ha sido el enfrentamiento que la sangre ha llegado al río. Y, esta vez, Puig no ha sido capaz de evitarlo.
El presidente se encuentra en una situación de debilidad si la batalla continúa. A partir de ahora, se le abre un nuevo panorama. De él dependerá si opta por intentar encauzar la relación y meterse en partido ajeno o romper la baraja y que sea lo que Dios quiera.
