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La sensación de inseguridad está presente entre los vecinos del barrio de Campoamor, sobre todo en la zona del paseo que rodea el ADDA. Los residentes denuncian esta percepción provocada por los pedigüeños que controlan y manejan -de forma ilícita- el parking anexo al edificio de García Solera, sumada a la falta de iluminación durante la noche.
Este parking permanece abierto al público general durante la mayor parte del año -en horario de 22 a 17 horas, aproximadamente-, a excepción de las jornadas en las que el emplazamiento cuenta con eventos, congresos y otros actos diurnos de su programación para los que reserva durante más horas el aparcamiento.
Es ahí, en su gran mayoría de días, cuando los gorrillas se expanden en el interior de este aparcamiento en pleno corazón del barrio alicantino de Campoamor. Una vez el vehículo cruza el acceso principal se topa con estos individuos que señalan los huecos vacíos donde poder estacionar.
La presencia de estos pedigüeños es una queja constante entre los vecinos del barrio y, también, entre otros alicantinos que aparcan en los alrededores del ADDA. Estos individuos salen a la caza de conductores con la intención de recibir alguna propina -obligatoria y comprometida, eso sí- a cambio de ayuda para aparcar.
En el momento de evitar al primero, aparece de entre los coches ya estacionados otro gorrilla señalando otro de los huecos disponibles. Así continúan hasta que el conductor decide ceder o, bien, logra aparcar en el recinto por su cuenta y riesgo. También los hay que desisten y optan por abandonar el parking.
La Asociación de Vecinos Campoamor-Plaza de América ha recibido numerosas protestas de los habitantes del barrio en referencia a esta problemática. «La gente se queja a la hora de aparcar porque no es seguro», denuncia su presidente, José Antonio Marco. Para hacer frente a la situación, echa en falta cámaras de seguridad que apunten al recinto y mayor presencia policial.
Los vecinos de la plaza América, a través de esta entidad, también denuncian la situación que se vive en el parque de este barrio. Critican que varios sintecho han instalado un «campamento» en los bancos de la zona. «La gente les lleva comida, duermen ahí y acumulan cartones, cajas y maletas». El acopio de estos enseres, reconocen desde la asociación, es «un problema» que han intentado abordar con el personal de limpieza: «Les preguntamos si podían hablar con los sintecho para sanear los bancos y nos dijeron que no era cosa suya, sino de la Policía». La alarma entre los vecinos va en aumento porque los enseres continúan acumulándose y «no sabemos qué hacer». Los vecinos recuerdan que estas personas se instalaron en un primer momento a las puertas de un supermercado de la calle Pintor Baeza, donde «tuvieron que quitar el banco en el que estaban para que se fueran», pasando a su actual «campamento» a escasos metros en esta plaza de Alicante.
En este sentido, el dirigente vecinal agradece la labor de los agentes, ya que «si los avisas vienen». No obstante, sí añora las batidas por las calles que componen el distrito al que sirve su entidad; por ejemplo en la avenida de Jijona, donde se ubica el parking del ADDA con los gorrillas, como en Conde Lumiares con vehículos estacionados en doble fila o en zonas de líneas quebradas. «Hace falta más refuerzo policial, que se les vea y no solo pasen con las motos».
La iluminación en el entorno del ADDA es otro de los problemas que desde esta entidad vecinal, de los barrios Campoamor-Plaza de América, señalan. «Una vez estás en la puerta principal (del auditorio) todo está iluminado», reconoce su presidente mientras lamenta que «bajando esa avenida, hay unas farolas muy bonitas pero dan penumbra».
Así, contar con mayor iluminación es otra de sus reclamaciones: «Hay gente que quiere más luz porque a pesar de las farolas, el paseo está oscuro y por la noche el aspecto es muy solitario». Esto también afecta al parking del ADDA que «es muy grande y te puedes esconder», en referencia a posibles actos delictivos.
Sobre dichas problemáticas, este vecino de Campoamor-Plaza de América, que también denuncia el «abandono» de la plaza San Juan de Dios, hace una reflexión: «La gente de fuera viene a una convención y el entorno del auditorio tiene que estar iluminado y en buenas condiciones para dar una buena impresión».
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