La Casa de la Misericordia en Las Cigarreras: un centro del tamaño de un campo de fútbol destinado a la cultura
El complejo inaugurará en pocos meses la primera fase con más de 6.000 metros dedicados a la innovación y el arte
La reforma de la Casa de la Misericordia de las Cigarreras va viento en popa. Si todo transcurre según lo previsto, la fase 1 de la rehabilitación de este patrimonio industrial acabará en noviembre de este año. El complejo se extiende a lo largo de más de 6.000 metros cuadrados, aproximadamente un campo de fútbol reglamentario, que estarán llenos de cultura e innovación y lo convertirán en un polo de atracción para las industrias artísticas.
Todavía quedan pendientes algunos flecos para terminar de llenar de contenido un espacio que representa la mayor inversión en patrimonio cultural de la historia de Alicante. Pero la mayoría de las propuestas ya están claras. Así, la Casa de la Misericordia contará con ocho salas de coworking, de reuniones, servicios de asesoramiento a emprendedores, salas de creación de podcast o de streaming, servicios municipales como la atención a la ciudadanía (SAIC), entre otras propuesta que jalonarán las salas y pasillos que rodean los dos claustros gemelos de la antigua fábrica de Tabacos.
En total, más de 12 millones de euros para rehabilitar un espacio que se convertirá en una referencia en las industrias culturales de la provincia y en un polo de atracción a la innovación y la creación. Pero, además, esta es solo una de las fases del proyecto de recuperar todo este complejo para la ciudadanía. En concreto hay sobre la mesa cuatro fases que permitirán poner en uso hasta el último centímetro de lo que fue la antigua fábrica, lo que supondrá un total de más de 31 millones de euros para los que el Ayuntamiento se encuentra a la búsqueda de financiación.
Innovación y cultura
Sin embargo, la vocación de este nuevo centro también pasa por unir a dos barrios históricamente separados por la fábrica. Carolinas y San Antón se conectarán a través de un túnel que dividía dos partes del complejo y que en unos meses evitará a los vecinos rodear este espacio para pasar de un lado a otro. Así, lo que hasta ahora era una mole cerrada de grandes muros, se convertirá en un espacio permeable a los barrios de alrededor y lleno de oportunidades de ocio, estudio e innovación.
Sobre la mesa, en los 6.000 metros cuadrados que se inaugurarán este año también hay un área de museo de vanguardia -para el que se están buscando acuerdos con grandes colecciones y otras propuesta-, un bar y una sala de lectura o estudio de amplio horario -todavía no está definido pero intentarán que sean entre 12 y 24 horas-. Y es que, aunque al pasar por la puerta, esta edificación pasa inadvertida, sus tres plantas y miles de metros dan para mucho, también para una sala polivalente, exposiciones en sus pasillos o un espacio dedicado a las artes escénicas.
La reforma ha guardado algunos secretos que muy pronto podrán descubrir los alicantinos. Con los derrumbes apareció un arco morisco de la primera casa de la Misericordia que ha supuesto un cambio en el cálculo de las plantas para permitir que se pueda observar a plena vista. Además, el forjado de los tejados es de corte industrial y lo elaboraron los discípulos del famoso Eiffel. También se mantienen las tejas originales de barro del edificio y se ha descubierto un nuevo refugio de la Guerra Civil.
Con la remodelación también se ha ganado un espacio abierto en el tejado que promete convertirse en una de las joyas de la corona de la Casa de la Misericordia. La pequeña terraza que ha quedado sobre una de las alas de los claustros tiene potencial para convertirse en uno de los rooftop más codiciados de Alicante, además de servir de escenario para eventos y actividades.
La mirada está puesta en creaciones como las Naves de Valencia, otro proyecto de recuperación de patrimonio industrial y que se ha convertido en los últimos años en todo un referente en España. El próximo paso tiene que ver con el modelo de gestión que regirá la Casa de la Misericordia una vez concluyan las obras. El concejal de Innovación, Antonio Peral, apuesta por la creación de una fundación, siguiendo el modelo del proyecto de Valencia, que permita adaptarse más rápido a las necesidades del espacio.
Para Peral, este proyecto es, sin lugar a duda, «el más icónico y emblemático de Alicante». El espacio promete llenarse de innovación, cultura y arte y convertirse en un referente de estas industrias, como ya lo fue durante décadas en su anterior vida como fábrica. «Esto va a ser el orgullo de todos los alicantinos», proclama con determinación el edil.
