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El albergue de Felinos Lo Morant de Alicante es un jolgorio de maullidos en cuanto uno de los voluntarios de la asociación traspasa la puerta. En Villa Patuchas se alojan más de 250 gatos que la asociación ha recogido de la calle, la mayoría de ellos heridos o accidentados. «Cuando recogemos a un gato es porque ha sido atropellado o ha caído de un balcón, eso hace que todos tengan alguna herida que hay que ver en un veterinario», explica el presidente de esta asociación Antonio Ripoll.
Es justamente esa atención de los especialistas la que ha cargado a esta entidad con una deuda de más de 30.000 euros por la que se han visto obligados a iniciar una colecta solidaria para poder seguir ayudando a estos animales. Ripoll lo explica de manera muy sencilla: en el último mes han recogido siete gatos accidentados. De media cada uno de ellos son unos 500 euros -sea de pruebas o de tratamiento-, lo que hace que en 30 días la deuda asciende a 3.500 euros. Además, en las últimas semanas han recogido casi a 50 felinos recién nacidos.
La deuda ha crecido tanto que hace unos días la entidad alicantina anunció el cierre temporal de su actividad de rescate y ayuda a gatos callejeros. «Se va acumulando y acumulando, hay épocas en las que hemos recogido muchos gatos y la situación ha ido empeorando cada vez más desde hace dos años», reconoce Ripoll. Esta asociación vive de las donaciones que hacen los particulares y es lo que permite mantener el albergue, los animales y la atención sanitaria a los gatos.
«Con la recaudación queremos pagar la deuda y poder seguir acogiendo gatos», explica este activista. Desde la organización de Alicante reconocen que los veterinarios les hacen un precio especial y que de momento les permiten seguir utilizando sus servicios pero «no puedes estirar el chicle hasta el infinito».
Aunque la situación parece difícil, Antonio se muestra optimista. «Durante los últimos meses hemos conseguido no generar más deuda de la que podemos pagar cada mes», explica. La idea es a través de la campaña de recaudación, junto con otras actividades como sorteos, donativos y otras iniciativas, ir reduciendo poco a poco los 30.000 euros de factura veterinaria pendiente. «La gente es generosa, pero también nos movemos mucho para conseguir la financiación necesaria», explica el presidente.
La campaña iniciada en la plataforma Gofundme ha recaudado más de 3.000 euros. Pero todavía queda mucho para cubrir el total de la deuda de esta entidad con los veterinarios.
Desde Felinos Lo Morant de Alicante no solo buscan una nueva fuente de financiación, sino que también piden manos. Y es que el voluntariado resulta básico para el buen funcionamiento de esta entidad. Hacen falta manos para cuidar de los gatos de esta asociación, darles de comer, limpiar el albergue, llevarlos al veterinario o cualquier otra actuación.
«No somos un almacén de gatos, no funciona así, queremos darles el trato al que obliga la ley de protección, pero también el que nos gustaría que tuviera cualquier animal», explica Ripoll.
Es por ello por lo que hacen un llamamiento a colaborar con ellos, sea económicamente o como voluntario para poder seguir acogiendo a felinos heridos. «En redes sociales todo el mundo nos menciona cada vez que alguien pide ayuda para rescatar a un gato, queremos poder seguir ayudando», reconoce Antonio.
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