Consejos para evitar los golpes de calor en Alicante
El consistorio traslada a la ciudadanía una lista de recomendaciones para los días de temperaturas más altas del verano
Es verano y hace calor, eso lo sabe cualquier alicantino que salga a la calle o al menos abra la ventana. Agosto es por excelencia el mes con temperaturas más altas, antes de que septiembre venga con el ansiado respiro de bajar los termómetros de los 30 grados y dejarnos dormir por las noches sin el ventilador.
Pero antes los termómetros demasiado altos traen consigo algunos peligros como mareos o golpes de calor. Riesgos para la salud que pueden llegar a ser graves en niños y personas mayores que son más sensibles a las máximas.
Entre las principales recomendaciones hay algunas que parecen muy lógicas como exponerse al sol el menor tiempo posible y emplear protección solar y gorra o sombrero. Otras también básicas son beber mucha agua y evitar el ejercicio físico prolongado, sobre todo en las horas centrales del día.
Entre otros consejos que hay que tener en cuenta por ejemplo la ropa ligera y de colores claros evita la sensación de calor y además, si podemos, debemos cubrir la mayor parte del cuerpo, sobre todo la cabeza si vamos a estar mucho rato al sol.
Además, durante los meses de verano es importante no dejar a nadie, niños, ancianos o mascotas, en el interior de un vehículo cerrado. Tampoco es recomendable consumir bebidas alcohólicas, diuréticas -como el té- o muy azucaradas ya que pueden favorecer la deshidratación.
Los trucos de 'abuela' para mantener la casa fresca
Y una vez en casa, la sabiduría popular es la mejor para mantener el hogar fresco y poder aguantar mejor las altas temperaturas. Si por la mañana hace menos calor en casa que en la calle lo ideal es utilizar el típico truco de nuestras abuelas, hay que cerrar las ventanas y las persianas para que el fresco dure más dentro de casa. Una medida especialmente efectiva si en esa fachada da directamente el sol.
También es importante buscar la habitación más fresca del domicilio para pasar el día así como hidratarse con agua y zumos de frutas, tomar duchas para refrescarse y utilizar el aire acondicionado o los ventiladores para huir del calor.
Eso sí, cuando caiga el sol y llegue la noche es el momento de abrir las ventanas y ventilar la casa para que el alivio de las temperaturas nocturnas permita conciliar mejor el sueño y aguantar el calor al día siguiente.
Menores y ancianos, más protegidos
Entre quienes más sufren el calor están los niños y los ancianos es por ello por lo que hay que prestar especial atención y especialmente vigilar la ingesta de líquidos.
Los menores de 5 años y los mayores de 65 son los más vulnerables, así como las personas muy obesas, enfermas o que tomen determinados medicamentos. También las personas con una actividad que requiere esfuerzo físico deben tener mucha precaución.
Además para todo el mundo es importante estar atentos a síntomas como la sensación de debilidad, mareos, calambres musculares, dolor de cabeza o náuseas que son frecuentes en casos de agotamiento por calor. En caso de sentir alguno de ellos es importante cesar la actividad, beber líquidos, refrescar el cuerpo y consultar con los servicios sanitarios, incluso avisar al servicio de urgencias sanitarias si los síntomas no disminuyen.
