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Alicante está cerca de escribir un nuevo capítulo en su relación con la industria del cine, una unión que a lo largo de los últimos años ha arrojado luces y sombras. La reactivación de las instalaciones de la Ciudad de la Luz promete poner de nuevo a Alicante en el mapa de la producción cinematográfica, algo que de acuerdo a los planes del Consell podría producirse en 2023.
Hasta 25 millones de euros tiene previsto invertir la Generalitat en la puesta a punto de estos estudios, cerrados hace ahora una década. Sus siete años de actividad (entre 2007 y 2012) llegaron a su fin por una sanción de la Comisión Europea, que declaró ilegales las ayudas concedidas por el gobierno autonómico a los estudios. Bruselas consideró que esta financiación suponían una «competencia desleal con el resto de los estudios cinematográficos de la Unión Europea».
Desde que el pasado marzo se levantara la sanción sobre estas instalaciones, el ente público que gestiona el complejo (la Sociedad de Proyectos Temáticos de la Comunidad Valenciana – SPTCV) ha iniciado las gestiones para recuperar la actividad cinematográfica. Una de las últimas acciones impulsada por la SPTCV ha sido la convocatoria de un concurso de ideas para diseñar la imagen corporativa de la Ciudad de la Luz.
En total, se invertirán 12.000 euros con los que se premiará el mejor diseño de un logo así como la elaboración de un manual de identidad corporativa. Quién sabe si con ese renovado diseño se quiere hacer tabula rasa respecto a la primera andadura de los estudios, que en la retina del espectador dejaron más éxitos que fracasos.
Las esperanzas iniciales depositadas en aquella fábrica de sueños fueron elevadas; así lo atestiguaban sus ambiciosas instalaciones: 11.000 m2 de platós de rodaje y otros 12.200 de almacenes y talleres, así como 14,8 hectáreas de zonas de rodaje en exteriores.
Alrededor de un centenar de largometrajes pasaron por la Ciudad de la Luz durante sus siete años de andadura inicial. Algunas de estas obras fueron éxitos de taquilla que ayudaron a encumbrar a sus directores, como fue el caso de José Antonio Bayona y 'Lo imposible'. Otras no pasaron de la categoría de proyecto; entre ellas ambiciosos biopics de carga histórica que nunca llegaron a materializarse.
El icono del cine de acción Vin Diesel intentó plasmar en una película la idolatría que sentía por el general cartaginés Aníbal Barca. Diesel se iba a encargar de dirigir y protagonizar el filme, aunque al no contar con suficiente financiamiento el proyecto quedó en agua de borrajas.
Jaume I tampoco pudo conquistar el éxito cinematográfico a través de la Ciudad de la Luz. La pretensión del productor valenciano Pepón Sigler de llevar a la gran pantalla la vida del Rey Jaume no se pudo materializar; una empresa en la que estaba confirmada la participación del actor Tim Roth como progenitor del monarca valenciano.
Otros valencianos ilustres incluidos en la lista negra de los estudios alicantinos son los Borja. Aunque se llegaron a pagar 100.000 euros para hacerse con los derechos de la obra literaria homónima de Mario Puzo, la transacción no se acabó por concretar. Fue Antena 3 quien finalmente llevó a la pequeña pantalla la truculenta historia de esta célebre familia, aunque su rodaje no se efectuó en la Ciudad de la Luz.
Mejor suerte corrió el proyecto de Bayona para llevar a la gran pantalla el gran tsunami que azotó el sudeste asiático en 2004. Los 30 millones de presupuesto dieron buena cuenta del gran tanque de agua con el que cuenta el estudio alicantino -uno de los más grandes de toda Europa para el rodaje de películas.
Especialmente sonado fue también el rodaje de 'Astérix y los Juegos Olímpicos', una coproducción europea de 78 millones para la que no se escatimó en gastos para la elaboración de los decorados. De hecho, se llegaron a organizaron visitas guiadas al set de rodaje, repleto de monumental atrezo de temática romana. Los vestigios de esos decorados aún se pueden visitar en los platós de la Ciudad de la Luz.
Algunos nombres propios que, con mayor o menor fortuna, también pasaron por los estudios alicantinos fueron Ridley Scott y su 'Prometheus' (la precuela de Alien), Álex de la Iglesia con 'Balada triste de trompeta', y Francis Ford Coppola con 'Tetro'.
Aunque en menor medida, también se rodaron series de televisión en la Ciudad de la Luz, como por ejemplo L'Alqueria Blanca o Crematorio (adaptación de la reconocida obra homónima escrita por Rafael Chirbes).
El Castillo de Santa Bárbara, el paseo de la Explanada o los refugios antiaéreos son algunos de los enclaves alicantinos que durante los últimos años también han sido escenario de rodajes cinematográficos. El Consistorio dispone de la Alicante Film Office, una oficina municipal que ofrece gratuitamente sus servicios de información, asesoramiento y tramitación administrativa a todos los profesionales del sector audiovisual que quieren rodar en Alicante.
El cineasta británico Guy Ritchie ha sido de los últimos en hacer uso de estos servicios de cara al rodaje de la película 'The Interpreter', protagonizada por Jake Gyllenhaal. De acuerdo a las estimaciones hechas desde el Ayuntamiento, los dos meses de rodaje del filme han supuesto para la ciudad un impacto económico directo de más de 2,5 millones de euros. En el apartado de series también destacan otros rodajes recientes como el de 'Dime quien soy', 'Alba' o 'Paraíso'. Hasta el fenómeno de la Casa de Papel llegó a la capital alicantina, y es que su término municipal fue escenario de parte del rodaje del final de la serie.
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