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El enésimo episodio de destrozos en el Barrio -nombre popular por el que se conoce al Casco Antiguo de Alicante- se ha saldado el pasado fin de semana con el destrozo de la cruz del Vía Crucis a la Santa Faz en la plaza del mismo nombre. El vandalismo se ha cebado en esta ocasión con este símbolo religioso,ante el perplejidad de vecinos de la zona y de cualquiera que pase por allí por lo pesado del monumento y lo difícil que parece, en principio, hacerlo caer de esa manera.
Pero no es el único fin de semana en que al ruido, los botellones y las peleas se une el destrozo del mobiliario urbano. Por ello, los vecinos del Casco Antiguo han dicho basta y se concentrarán en la plaza del Ayuntamiento el próximo jueves, 2 de marzo, a las 18.45 horas.
No es una novedad, el 29 de septiembre de 2022 los residentes ya se manifestaron frente al Consistorio. El lema es sencillo 'Silencio, respeto y civismo'. «En septiembre pedíamos algo tan radical como poder dormir, esta vez algo tan revolucionario como un poco de respeto y algo de civismo, a veces nos da hasta vergüenza pedir cosas tan básicas», explica el presidente de la Asociación de Vecinos Laderas del Benacantil, José Antonio Gangoso.
Para los vecinos esta zona, el Barrio se ha convertido en una especie de ciudad sin ley, «el viejo oeste», donde cualquiera puede «venir a hacer el salvaje, beber, destrozar el mobiliario o gritar». Una problemática que, según denuncian, antes estaba circunscrita al fin de semana pero ahora se alarga cada vez más durante toda la semana.
De hecho, comentan que el vandalismo no ha sido algo concreto de la fiesta del Carnaval, ni por la gran afluencia de gente. «Este fin de semana no ha sido peor de lo normal, de lo normal a lo que estamos acostumbrados que es que cada domingo nos despertamos con restos de botellón, con maceteros rotos o que han lanzado naranjas del parque de la Ereta o botellas a las casas de cerca», insiste Gangoso.
Una situación que consideran que tiene solución pero que la actitud del Ayuntamiento es «de desidia y dejadez». Gangoso insiste en que tanto las fuerzas de seguridad como los diferentes concejales saben donde están los problemas, pero que su actitud es totalmente reactiva y no coordinan ni prevén los problemas para evitarlos.
«Nos reunimos y nos tratan amablemente, pero parece que el problema no va con ellos, que la gente ensucia porque los alicantinos son sucios, que la gente hace ruido porque son ruidosos, que vandalizan porque la gente es así», incide Gangoso.
Este fin de semana, los destrozos se han saldado con la cruz caída, pero no ha sido lo único, según los vecinos todavía hay restos de botellón en las escaleras que suben a la Ermita de San Roque, restos de orina por las calles, otros destrozos en maceteros y mobiliario urbano, e incluso denuncian que «alguien defecó en la puerta del museo de Aguas y todavía no se ha limpiado«.
«Los empleados de la limpieza hacen lo que pueden, pero el Casco Antiguo está lleno de turistas y este es el panorama que se encuentran quienes nos visitan en uno de los barrios más turísticos», concluye el dirigente vecinal.
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