La Policía destapa el montaje de un hombre que denunció cargos falsos tras el alquiler de un Audi Q5 en Alicante
La investigación de la UDEF acreditó que el supuesto perjudicado, con siete detenciones previas, había autorizado las operaciones y reclamado su devolución sin justificación
Denunció haber sido víctima de un fraude de casi 2.500 euros en el alquiler de un Audi Q5 en Alicante, pero la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la Policía Nacional desmontó su versión y lo arrestó por los delitos de estafa y simulación de delitos, según ha podido conocer TodoAlicante.
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El protagonista es un ciudadano sueco de 38 años, con un historial previo de siete detenciones por delitos contra el patrimonio, estafas y robos con fuerza, que pretendía sostener su coartada mediante una simulación de delito. El ardid quedó al descubierto cuando trató de repetir el mismo procedimiento en otra oficina de la misma franquicia.
La denuncia señalaba dos cargos supuestamente fraudulentos: de 1.440 y 1.037 euros, los cuales el denunciante atribuía a un uso indebido de su tarjeta. Según su versión, alguien había alquilado un Audi Q5 en su nombre y cargado los costes en su cuenta sin autorización. Algo improbable, según los investigadores, puesto que en esos procesos el cliente debe introducir el PIN de su tarjeta en el datáfono para validar la operación. Ese detalle, aparentemente aséptico, arrojó luz sobre un fraude que empezaba a desmoronarse.
La empresa aportó la documentación requerida por los agentes especialistas de este grupo integrado dentro de la Brigada Provincial de la Policía Judicial de Alicante. Dichos datos revelaron que el firmante y titular de la tarjeta era el propio denunciante.
Más operaciones de la UDEF de Alicante
En el primer intento, la maniobra resultó rentable: consiguió el coche, lo utilizó y, tras plantear una queja posterior, logró que la compañía le reembolsara el importe alegando incidencias en el servicio. Animado por el éxito, repitió el movimiento, pero esta vez en otra oficina de la misma franquicia. Cambió de mostrador, no de método.
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El vericueto que pretendía construir se vino abajo cuando la segunda oficina detectó incoherencias en su relato, especialmente en la secuencia de pagos y supuestos reembolsos. El hombre reclamó la devolución del segundo cargo sin poder justificar el uso del vehículo ni el proceso de contratación. Los responsables, lejos de ceder, trasladaron la incidencia a la Policía, que cotejó ambos casos y observó una retahíla de patrones idénticos.
Cuando fue citado para aclarar la denuncia, se presentó sin documentación clara y aseguró vivir en la vía pública. Nada de eso impidió a los agentes completar la verificación. No había terceros, no había clonación de tarjeta, no había robo digital. Sí un 'modus operandi' articulado para obtener reembolsos indebidos y trasladar a la empresa el peso del supuesto fraude.
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