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«Una comparsa cercana y familiar, donde cada uno se siente como en casa». Así describen las fiestas de Altozano Silvia Gil y Rocío Gil, capitanas de la Comparsa Cruzados de los Moros y Cristianos del barrio alicantino. A las puertas de la celebración más significativa para los vecinos de Altozano, una mezcla de nervios e ilusión envuelven una atmosféra festiva que se respira por las calles del barrio.
Pasacalles, desfiles, disfraces y mucha fiesta ocuparán las vías de la zona desde el día 12 hasta el 16 de agosto, donde 13 comparsas disfrutarán de su celebración local, declarada de Interés Turístico Provincial, capitaneadas, este año, por la Comparsa Cruzados.
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Una comparsa «con gente divertida, acogedora y comprometida con las fiestas», como afirman sus capitanas en un año muy especial para ellas.
«Las fiestas de los Moros y Cristianos son importantes allá donde las vivas, independientemente del barrio o municipio donde se celebren, ya que lo que prima es el amor y dedicación que sientes hacia ellas», afirman Silvia y Rocío. Y es que este año viven las fiestas de una manera diferente. Cogiendo el testigo de la Comparsa Zíngaros, este año los Cruzados ostentan la capitanía de la festividad.
Silvia Gil y Rocío Gil
Capitanas de la Comparsa Cruzados de los Moros y Cristianos de Altozano
En una celebración donde familias enteras pasan su tiempo juntas, las capitanas ansían la llegada de la Gran Entrada Cristiana por la avenida Conde Lumiares, tras unas semanas, e incluso meses, de mucha dedicación y tiempo a la preparación de unas fiestas donde «todos son bienvenidos y tratados con cariño.
Como en cualquier celebración, las anécdotas ocurren cuando menos lo esperas. Para Silvia y Rocío, hay un recuerdo que rememoran con especial cariño.
Un año, en la retreta, donde se desfila disfrazados, a última hora se quedaron sin disfraces. Pero a problemas, soluciones. El rumbo de la fiesta parecía torcerse hasta que decidieron cambiar de disfraz, y se vistieron de albañiles. «Fue de las veces que más lo disfrutamos», comentan las capitanas.
Las fiestas del barrio tienen un gran bagaje histórico que alimenta año a año el espíritu y el sentimiento de los Moros y Cristianos. Desde los más pequeños de la casa, que crecen dentro de una atmósfera festera, hasta los más mayores que ven cómo las generaciones posteriores disfrutan de las fiestas al igual que ellos hace unas décadas, esta celebración es especial para todos los vecinos del barrio. Una festividad familiar, cercana y comprometida que esta semana llenará las calles alicantinas de ilusión.
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