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Estado del pantano de Sierra Boyera, al noroeste de la provincia de Córdoba. REUTERS
El primer embalse a cero

El primer embalse a cero

El pantano de Sierra Boyera, al norte de Córdoba, se queda sin reservas y obliga a suministrar agua potable en camiones cisterna a 72.000 vecinos de 24 pueblos

Jueves, 27 de abril 2023, 19:20

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No hay imagen más triste para reflejar una sequía que esa de pueblos emergiendo como fantasmas cuando se seca un pantano. El de Sierra Boyera, al noroeste de la provincia de Córdoba, una de las zonas de la península más azotadas por el calor y la profunda sequía que atraviesa el país, no oculta ni aldeas ni campanarios, sino un lecho desértico que refleja su dramática situación. Oficialmente se encuentra al 0,1% de su capacidad y técnicamente está seco. Es el primer embalse que se queda sin reservas. Sierra Boyera ha tocado fondo y apenas retiene un puñado de metros cúbicos, que se acabarán evaporando si continúa sin llover. Quien lo ha observado de cerca lo define muy bien. «Es un charquito».

En sus buenos tiempos su lámina de agua abarcaba 550 hectáreas, cinco veces la superficie del madrileño parque del Retiro. Hoy apenas es un estanque.

El pantano cordobés, situado junto a Belmez y a unos seis kilómetros de Peñarroya-Pueblo Nuevo, una localidad de diez mil habitantes al noroeste de Córdoba, es uno de los 49 que forman parte de la amplia red de embalses de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), que abarca las provincias de Córdoba, Jaén, Sevilla, Huelva, Granada y Ciudad Real.

En su conjunto, los pantanos de esta Cuenca se encuentran al 24,7%, y concretamente los ubicados en la provincia de Córdoba al 18%. Solo les superan en peores datos los de Almería (al 12% de su capacidad) y Barcelona (14%). Pero a pesar de estos índices tan bajos, ninguno se ha quedado técnicamente vacío, como sí ha ocurrido con el de Sierra Boyera.

El pantano se acabó de construir en 1974 e inició su explotación a principios de los 80 con una capacidad de 39 hectómetros cúbicos destinados al abastecimiento y el riego de la comarca.

Ante la escasez de agua en Sierra Boyera, insuficiente para dar de beber a los vecinos, se planteó un trasvase desde el cercano pantano de La Colada, pero la Delegación de Salud de la Junta de Andalucía ha declarado ese agua no apta para el consumo humano (tampoco para cocinar) al detectarse valores de carbono orgánico superiores a los límites establecidos.

Camiones cisterna

Ante semejante tesitura, la Empresa Provincial de Aguas de Córdoba (Emproacsa) ha comenzado a suministrar agua con camiones cisterna a un total de 72.000 vecinos repartidos en 24 municipios y 19 aldeas. La cantidad, de 5 litros por habitante y día, trata de garantizar el consumo y la preparación de alimentos. Pero en restaurantes como La Bodega, en Peñarroya, tienen que comprar cada día un buen surtido de garrafas adicionales para poder funcionar. «Esto es un desastre. No ha llovido casi nada en meses, y el pantano está vacío. Nosotros tenemos que comprar agua embotellada, pero la tragedia la vamos a ver en el campo si continúa sin llover», se lamenta Ricardo, uno de los gestores de La Bodega, que no recuerda una sequía tan prolongada desde la «terrible» de 1995.

La situación es complicada. El resto de los pantanos cordobeses acumulan en su conjunto 620 hectómetros cúbicos (18% de su capacidad). Hace solo un año contaban con 880 Hm3 (26%) y su media de los últimos diez años por estas fechas era de 2.000 Hm3 (62%). Ello da una idea del sombrío panorama al que se enfrentan agricultores y ganaderos, los que más dependen del agua, teniendo en cuenta, además, que en abril no ha llovido nada, que las precipitaciones acumuladas a lo largo del presente año hidrológico se encuentran muy por debajo de la media y que tampoco se esperan lluvias significativas para la primera semana de mayo.

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