Una red de apoyo para sobrellevar el asma grave en Alicante

«Sientes que te quedas sin aire y solo puedes respirar a través de una pajita». De esta forma tan gráfica explica Alicia González-Nicolás los efectos del asma grave; aquella que no responde a los tratamientos habituales -por su complejidad y comorbilidades- y que afecta a cerca del 10 % de toda la población asmática. Esta alicantina ha hecho suya la máxima del paciente empoderado, y preside la Asociación de Pacientes con Asma - Grupo de Asma Grave de Alicante (ASAPA GAGA), la primera de estas características en toda la Comunitat.

Aquello que empezó siendo un grupo de WhatsApp en el que tres pacientes de asma grave compartían experiencias ante los terribles y limitantes efectos de esta dolencia, se ha convertido en una red de apoyo con decenas de afectados con la que se ofrecen talleres, terapias, sesiones informativas, y hasta consejos sobre qué tipo de productos evitar para no sufrir un ataque de asma grave. 

Esta tarea pedagógica también se dirige a personas del entorno de los pacientes, así como a la población general, para que sepan cómo actuar si son testigos de un ataque de asma grave. «Por lo general, la gente sabe cómo realizar una maniobra de reanimación cardiopulmonar (RCP), pero pocos sabrían socorrer a un asmático durante una crisis», explica la presidenta de ASAPA GAGA. 

La alicantina asegura que los efectos fisiológicos del asma se entremezclan con los de carácter psicológico, y es que la sensación de no poder respirar genera cuadros de ansiedad en muchos pacientes. «Hay personas que al sufrir una crisis piensan 'de esta no salgo'. También son muchos los que se autolimitan en su vida diaria; se privan de hacer ejercicio físico ante la sensación de ahogo, o apenas salen a la calle por miedo a que algo les pueda desencadenar un ataque». 

En el caso de Alicia, ella sufre asma de tipo alérgico desde los 6 años, y no fue hasta entrada la vida adulta que su dolencia adquirió un carácter grave, lo cual la ha obligado a continuos ingresos hospitalarios. Presión en el pecho, sensación de falta de aire, o la sibilancia (el sonido silbante que producen los problemas respiratorios) son compañeros de vida para ella y otros tantos pacientes asmáticos (entre el 5 y el 10% de la población de nuestro país).

Para todos ellos, el inhalador es un elemento cotidiano -hasta tres lleva Alicia en su bolso diariamente- y al que tienen que echar mano ante un ataque. Estos dispositivos cuentan con un medicamento atomizado en pequeñas gotas, que permiten acceder más fácilmente a los bronquios y pulmones. Sin embargo, el asma grave se caracteriza por no responder siempre favorablemente a la medicación, por lo que se hace necesario el ingreso hospitalario. 

Allí también entra en juego la intervención psicológica, un apartado en el que el Hospital General Doctor Balmis de Alicante, ha sido reconocido por la comunidad médica. Tanto es así que la unidad de asma bronquial grave del centro alicantino ha recibido el Primer Premio a las mejores prácticas en calidad asistencial en el 57º Congreso Nacional de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), por el Proyecto 'Intervención psicológica en asma grave: de la teoría a la práctica'.

La unidad cuenta, gracias a la colaboración con el Instituto de Investigación Sanitaria y Biomédica de Alicante (ISABIAL), con la figura del psicólogo integrado en el equipo multidisciplinar desde hace cinco años. Así, la psicóloga María José Zamora lleva a cabo una intervención psicoterapéutica que se ofrece a todos los pacientes de forma complementaria al tratamiento médico.

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