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P. Sellés
Alicante
Jueves, 2 de noviembre 2023, 14:00
El Lupus Eritematoso Sistémico (LES) es una enfermedad que entiende de sexos. Tanto es así, que su prevalencia es nueve veces superior en mujeres que en hombres. Es uno de los datos que se expusieron en la reciente jornada sobre Lupus Eritematoso Sistémico (LES) que cogió el Hospital General de Alicante, que a través de sus consultas monográficas de Reumatología ofrece atención a más de 200 personas con esta dolencia, que no tiene cura.
Como ha apuntado la doctora Paloma Vela, jefa de la sección de Reumatología, quien ha ofrecido una visión general de esta patología, «afecta de forma predominante a mujeres jóvenes, la prevalencia es nueve veces superior en mujeres que en hombres, con una importante afectación en su vida diaria».
Esta enfermedad puede aparecer a cualquier edad, aunque en la mayoría de los casos lo hace entre los 17 y los 35 años. Por tanto, dado que afecta a mujeres en edad fértil, «un aspecto crucial es la repercusión que la enfermedad puede tener en su capacidad reproductiva. Sin embargo, una adecuada información, la programación del embarazo y el seguimiento en unidades multidisciplinares con la colaboración de obstetras y reumatólogos, como hacemos en el Hospital Doctor Balmis, nos permiten garantizar a día de hoy un desenlace exitoso», ha subrayado.
En la última década se han producido avances relevantes, tanto en el conocimiento de la enfermedad como en su tratamiento y pronóstico. «Ahora disponemos de fármacos específicos con indicación en ficha técnica y de guías y documentos de consenso a nivel europeo. En la actualidad somos más ambiciosos y en las primeras fases establecemos estrategias de tratamiento más intensivo, con el objetivo de controlar la actividad y hacer que la enfermedad entre en remisión. A largo plazo, incidimos en la mejora del pronóstico, aumentando la supervivencia con menor toxicidad farmacológica y mejor calidad de vida», ha explicado la reumatóloga Pilar Bernabéu.
Para conseguir estos objetivos el abordaje ha de ser multidisciplinar, coordinado por Reumatología, y con un papel preponderante también de especialidades como Medicina Familiar y Comunitaria, Nefrología, Dermatología o Hematología, entre otras.
Los tratamientos más habituales son antipalúdicos, corticoesteroides, inmunosupresores y, en los últimos años, los medicamentos biológicos. «Estos han supuesto un gran avance en el tratamiento de la patología, tras 20 años sin novedades terapéuticas», ha indicado la doctora Vela, quien ha recordado que en este centro hospitalario los biológicos se utilizan desde hace más de una década con indicación para el tratamiento de pacientes con lupus. «Una terapia que ha demostrado seguridad, eficacia y una mejora de la calidad de vida de las personas que viven con esta enfermedad», ha señalado.
Asimismo, la doctora Bernabéu ha destacado que «son esenciales para un buen control del lupus, como patología crónica que es, las «medidas no farmacológicas», tales como el fomento de estilos de vida cardiosaludables, el abandono del tabaco o una adecuada protección solar».
El lupus se presenta con múltiples manifestaciones y puede confundirse con otros procesos, «lo que dificulta su detección e incide en un retraso diagnóstico», ha advertido por su parte la reumatóloga Irene Calabuig. «La gran variabilidad hace que el perfil de los pacientes sea completamente diferente y cada caso de lupus sea único», ha añadido.
En este sentido, la sección de Reumatología trabaja en permanente colaboración con otros servicios del Hospital y con los centros de Atención Primaria, «que ante una sospecha de lupus remiten al paciente de forma preferente mediante un circuito rápido que facilita el diagnóstico precoz», ha remarcado la doctora Calabuig. Y es que las formas más graves de la enfermedad pueden llegar a poner en riesgo la vida de las personas que la padecen, lo que hace esencial el diagnóstico precoz.
Paloma Vela
Jefa de la sección de Reumatología del Hospital General de Alicante
Otro aspecto a tener en cuenta son las comorbilidades o coexistencia de otras enfermedades en pacientes con lupus. Como ha detallado la reumatóloga Vega Jovaní, «las más frecuentes son las infecciones; el riesgo cardiovascular, que se incrementa en estos pacientes y aparece diez años antes que en la población general, y la osteoporosis».
En la actualidad «la mayoría de los pacientes con lupus pueden llevar una vida normal. El diagnóstico precoz, el empleo de medicamentos más eficaces y un mejor control de la enfermedad y sus complicaciones hace que en estos momentos el pronóstico sea esperanzador también en los casos graves», ha concluido la doctora Vela.
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