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Una nueva subvariante está detrás de la abrupta subida del número de contagios por covid en China. Se trata de la BF.7, un sublinaje de BA.5 (ómicron) y que también se está dejando notar en España. Por el momento, el número de casos de BF.7 en nuestro país es moderado, donde aproximadamente el 80% de los casos corresponden a la variante BQ1.
El restante 20% se reparte mayoritariamente entre BA.5 (a la que pertenece BF.7), BA.2 y XBB. «En China está causando problema (la BF.7), pero no en Europa, donde no está circulando demasiado», apunta Salvador Peiró, investigador de la Fundación de Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunidad Valenciana (Fisabio).
La BF.7, al igual que otros muchos sublinajes de ómicron que circulan por el mundo, comparten mutaciones que mejoran su transmisibilidad y su capacidad de evadir la inmunidad previa (ya sea por vacunación o infección) frente a infección. Estas nuevas subvariantes «son más transmisibles que la ómicron original, así como sus variantes previas (alfa y delta), pero no más graves, ya que no causan tantos casos con necesidad de hospitalización», sentencia Peiró.
Salvador Peiró
Investigador de la Fundación Fisabio
Al respecto de si se requieren imponer más restricciones en nuestro país para frenar el avance de la nueva subvariante, el investigador apunta que, «de momento, no parece necesario volver a restricciones generalizadas».
Para ello alude a los altos índices de vacunación e infección en nuestro país, lo cual redunda en una inmunidad híbrida para la población (vacuna + infección previa). De hecho, y según la encuesta de seroprevalencia del pasado mes de octubre, el 75% de la población había pasado al menos una vez la covid en la Comunitat.
«La inmunidad frente a la infección por covid disminuye con el tiempo desde la última vacuna o la última infección; pero la protección frente a desarrollar covid grave (hospitalización, muerte) se mantiene bastante bien», añade Peiró.
Por ello, reconoce que si las personas con síntomas usan mascarilla y reducen sus contactos (sobre todo con mayores) y las cuartas dosis (también en mayores), «no hay necesidad de mayores medidas restrictivas».
Si bien es cierto que las vacunas pierden efectividad frente a la infección con el tiempo, «continúan protegiendo frente al desarrollo de la enfermedad» apunta el investigador de Fisabio. Incluso las que podríamos considerar 'desactualizadas' (las iniciales que se administraban frente a la variante de Wuhan, a diferencia de las actuales que incluyen antígenos frente a ómicron) mantienen la protección.
La actual dosis de refuerzo (con o sin nuevas variantes) es la cuarta. «Es muy conveniente que las personas mayores de 60 años se pongan esa cuarta dosis, pero de momento no hacen falta quintas dosis» admite el epidemiólogo.
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