Mazón dimitirá este lunes y descarta el adelanto electoral
La idea de Génova era convocar los comicios pero la crisis abierta invita a un periodo de transición con Pérez Llorca
A. Rallo
Valencia
Lunes, 3 de noviembre 2025, 07:23
Carlos Mazón no continuará al frente del gobierno valenciano. El president dimitirá este mismo lunes, según ha podido conocer Las Provincias. Mazón no adelantará elecciones tras su dimisión como president de la Generalitat.
El día que todo explotó en el PP valenciano fue de una calma tensa irrespirable. A la alcaldesa de Valencia, María José Catalá, toda esta crisis -inesperada, según algunos- le pilló de regreso de su viaje a Nueva York. Como si no fuera suficiente el jet lag. Vicent Mompó, otro de los protagonistas del fin de semana, el supuesto candidato de futuro para el PP valenciano, disfrutaba con la familia de un torneo de fútbol. Juanfran Pérez Llorca, el síndic del PP y aspirante a presidente interino, parecía mantener la calma en medio de la tormenta.
Todos a la espera de una llamada, la del presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, al presidente de la Generalitat, Carlos Mazón. Genova cometió el error de anunciarla, lo que desató la tensión desde la mañana del domingo. Las llamadas, como las querellas, no se anuncian. Se hacen. Fue una jornada de angustia en el PP a la espera de esa comunicación.
Y, al final, el desenlace no llegará hasta este lunes. El presidente ha anunciado una comparecencia. No hay, de momento, hora. Pero puede coincidir con la declaración judicial de Maribel Vilaplana. Se desconoce el contenido de esa conversación, pero incluso se barajaba la idea de un adelanto electoral. Del mismo modo, se ignora si sería inminente -el plazo mínimo son 54 días- o se plantea un escenario para el primer trimestre del próximo año, lo que daría más margen para recuperar las siglas del PP, muy debilitadas tras la deficiente gestión de la dana. El primero de los supuestos fijaría las elecciones un 28 de diciembre.
Para algunos cargos de peso en el PPCV, un adelanto electoral sería una locura por la situación que vive el partido, por lo que defienden que la opción menos mala es la de un presidente de tránsito en este proceso hasta que el partido esté más fuerte y se puedan convocar elecciones con mayores garantías. Aquí entra el nombre del actual portavoz en Les Corts, Juanfran Pérez Llorca, la persona que lideró la reunión de los presidentes provinciales el pasado viernes en Alicante. Ese movimiento de anticipación tenía un objetivo claro: entorpecer la candidatura de María José Catalá, la alcaldesa de Valencia. La relación entre parte de la dirigencia popular y la líder de la ciudad de Valencia no es fluida. En algún caso, incluso resulta también tensa, como la jornada del domingo. «Catalá no», expresó rotundo una fuente del Gobierno valenciano.
¿Conocía Mazón la reunión de los tres barones provinciales y del síndic Pérez Llorca? Algunas fuentes apuntan a que no; otros decían que estaba tutelada por él. La situación, por el desconcierto general, recordó en cierta manera a las últimas horas del presidente Francisco Camps, con esa reunión en su casa del centro de Valencia con Federico Trillo, enviado de Rajoy, y otros cargos populares, como la entonces alcaldesa Rita Barberá. Allí, con pizzas y whisky, Camps cedió. Lo de este domingo parecía más vinculado al café y las pastas.
Pero anoche todavía se ignoraba el resultado de esa anunciada conversación. La salida de Mazón no es sencilla. Tampoco el presidente lo va a poner fácil. El desgaste por la dana resulta evidente, pero el dirigente alicantino siempre ha tratado de jugar sus cartas -y lo ha conseguido- cuando el escenario ha sido complicado. Por ejemplo, en los primeras semanas tras la dana, cuando la situación era límite para Mazón este amagó con convocar elecciones.
Existe otro factor que también puede incidir en esta especie de guerra fría que se vive entre ambos. No existe una especial afinidad entre ambos. Mazón era, en realidad, persona de confianza del expresidente del PP Pablo Casado y de Teodoro García Ejea que hicieron todo lo posible por destronar a Isabel Bonig, la dirigente que había liderado esa travesía del desierto de los populares, asediados por los casos de corrupción. Además, tampoco podemos olvidar que Mazón fue el primer dirigente autonómico que llegó a un pacto con Vox. Fue el principio de la remontada del PSOE en las encuestas que finalmente se materializó en las urnas.
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En las últimas horas no se ha desviado ni un milímetro de un «sigo pensando» que no libera la angustia a una formación en estado de shock. Hasta tal punto, que el escenario ofrece diferentes posibilidades. Pero existe un aparente consenso: Mazón ya no puede seguir como presidente tras las últimas horas en el PP valenciano y Génova.
Colaboradores cercanos al presidente sí le han aportado algunas ideas en ese proceso de reflexión que Mazón empezó hace unos días -y que no contemplaba su renuncia- pero que ha derivado en este fenomenal embrollo en la dirigencia de los populares. Así, le han trasladado el error que supondría la convocatoria de elecciones de manera inmediata -otro escenario sería en un horizonte temporal más extenso- porque tendría dos consecuencias -negativas- de manera directa.
Por un lado, una ciudadanía muy tensa con la reciente gestión del Consell. Las encuestas muestran un traslado de votos importante desde el PP a Vox que se podrían incrementar a medida que se aproxime la convocatoria. Los números salen para revalidar el Gobierno valenciano, según algunas sondeos. Pero ese resultado, en un futuro Consell, daría mucho más peso a los de Abascal. Estos ya no se conformarían con tres consellerias en las que apenas manejaban Presupuesto. Saldrían ganando en una negociación con los populares.
Por otro, no se puede descuidar la posición del presidente. Ese entorno le insiste en que no puede quedar desprotegido de cara a la investigación judicial de la jueza de Catarroja. La pérdida del aforamiento le llevaría a ser citado de manera inmediata como investigado. Un escenario que el presidente teme desde que la Audiencia abrió el foco a practicar diligencias que parecen destinadas a cercar la labor del dirigente. La primera, en unas horas, con la comparecencia de la periodista Maribel Vilaplana, la mujer que comió con el presidente en El Ventorro el día de la fatídica dana.
Así, el camino sería mantenerse de diputado hasta el final de la legislatura. Eso aliviaría -que no eliminaría- la presión sobre el grupo del PP por parte de la oposición. La idea sería que el expresidente no acudiera ni siquiera a Les Corts para no convertirse en la diana de todos los ataques.