Marí-Mangada, una sociedad alicantina con mucha química en el Hércules

La fórmula alicantina Marí-Mangada está dando sus frutos. Tienen conexión dentro del campo, muy buena relación fuera de ella y unas ganas tremendas de vivir días de gloria en el club que les formó y al que les unen tantas cosas. Ambos destacaron en el fútbol base, pero hicieron las maletas porque su nivel apuntaba a la élite. Años después, y por diferentes vías, han recalado de nuevo en casa y están viviendo esta temporada con una ilusión especial.

La lesión de Artiles otorga a Mangada un rol protagonista que el joven alicantino (22 años) sabe que debe aprovechar. Rubén Torrecilla no se casa con nadie y ya le sentó en tramos de la temporada en los que apreciaba que el alicantino no era todo lo agresivo que debía ser, sobre todo lejos del Rico Pérez. Ahora Mangada ha subido el nivel, sabe que con buenos golpeos de balón no basta, que competir implica muchos más aspectos que para Torrecilla son innegociables.

Por su parte, Marí ha regresado a casa con la maleta llena de sueños por cumplir, los suyos y los de su familia. Descendió dos categorías porque no quería dejar escapar otra vez el tren del Hércules y se ha consolidado como «cerebro» en la pizarra de Torrecilla. Su poso y experiencia deben traducirse en un salto de calidad y el técnico está convencido de ello. Le ha dado protagonismo y Marí va a más, ávido de minutos tras una primera vuelta sin oportunidades en el Eldense.

Tras el golpe de autoridad dado ante el Andratx, el Hércules vuelve a ser líder, aunque empatado a puntos con el Lleida y el Badalona, por lo que el choque del próximo domingo en el Rico Pérez es clave para intentar abrir brecha. El Peña Deportiva, penúltimo, pondrá a prueba al equipo de Torrecilla a partir de las 12:00 horas.