El Hércules se lleva el derbi amistoso ante el Elche CF con dos zarpazos tras el descanso

Después de tantos años sin cruzarse en el campo, Elche y Hércules volvían a encontrarse frente a frente. No era un partido oficial, pero tenía ese regusto a derbi de los que se sienten en el estómago. La gente lo sabía, y por eso el Rico Pérez se llenó de ganas, de nostalgia y de ese cosquilleo que solo despiertan los clásicos tanto en la grada local como la visitante. Las aficiones convivían con respeto, pero no sin pasión: cánticos cruzados, aplausos, silbidos… fútbol en estado puro. Y es que cuando estos dos se ven las caras, da igual la fecha o el marcador: nadie quiere perder.

El partido arrancó con chispa. Apenas se habían sentado algunos cuando, en el minuto 2, Slavy puso en pie a la afición herculana con un remate alto tras un buen centro desde la banda. Fue un aviso. El Hércules entró enchufado, llevando la iniciativa en los primeros compases del partido. En el 10' lo intentaron de nuevo, esta vez con un disparo que Dituro atrapó sin apuros, pero que mantuvo la tensión.

Poco a poco, el Elche fue despertando. Le costó arrancar, pero empezó a ganar metros, a tocar con más calma, a mirar al área rival con algo más de intención. Las llegadas no terminaban de ser claras, pero el dominio empezaba a cambiar de bando. El ritmo seguía siendo alto, sin descanso, aunque a ambos les faltaba claridad en los últimos metros.

En el minuto 30 llegó el primer movimiento desde el banquillo tras una entrada fuerte sobre un jugador del Elche: Aguado entró por Antonio para oxigenar el centro del campo. A partir de ahí, el Elche dio un paso adelante. Se asentó, se sintió más cómodo y empezó a mandar. Eso sí, el Hércules no se achicó y seguía buscando sus opciones al contragolpe, con alguna que otra contra rápida que obligaba al conjunto ilicitano a no bajar la guardia.

Y justo cuando parecía que la primera parte se iría sin grandes sobresaltos, llegaron las más claras. Mourad, en dos ocasiones casi calcadas y seguidas, se quedó solo ante Carlos Abad. Pero el portero herculano se hizo gigante y salvó a los suyos con dos paradas decisivas. Ya en el descuento, Josan recogió un balón suelto en la frontal, lo golpeó con todo y el disparo se estrelló en el palo.

Con esa última sacudida se llegó al descanso. Una primera mitad intensa, de las que enganchan, con un Elche que fue de menos a más y un Hércules que, lejos de encerrarse, supo plantar cara. Un derbi que, sin serlo del todo, ya se sentía como tal.

La segunda parte arrancó con una renovación completa de ambos equipos. Los entrenadores aprovecharon el descanso para cambiar a los once jugadores, dando entrada a muchos jóvenes y jugadores con menos minutos. El partido no bajó de ritmo, aunque sí se volvió algo más desordenado por momentos.

El Elche fue el primero en avisar tras el paso por vestuarios con un remate desviado de Ali Houary, que intentó sorprender desde dentro del área. En el minuto 55 debutó Iturbe bajo palos con la camiseta franjiverde, entrando en lugar de Matías Dituro.

Y apenas dos minutos después, llegó el 1-0. El Hércules aprovechó una falta directa en la frontal y Soldevila firmó un auténtico golazo al colocarla con precisión. El tanto dio alas al conjunto alicantino, pero el Elche no bajó los brazos.

Tras el gol, el equipo de Eder Sarabia buscó el empate con dominio de balón y algunas ocasiones, aunque sin demasiado peligro. Rafa Núñez y Ali lo intentaron con remates lejanos, pero sin fortuna. El partido parecía controlado, pero una acción puntual terminó sentenciando el marcador.

En el minuto 80, una mala devolución de Álvaro Núñez hacia Iturbe acabó convirtiéndose en un regalo para Guit, que solo tuvo que empujarla para hacer el 2-0 definitivo.

El choque finalizó con victoria para el Hércules en un amistoso marcado por las emociones del reencuentro, el ambiente de derbi y las pruebas propias de la pretemporada.

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• Estadio José Rico Pérez
• Elche/Elx