El callejón sin salida de Torrecilla en el Hércules
El club sigue negociando con diferentes perfiles de entrenadores mientras el extremeño continúa al frente del equipo con una credibilidad muy limitada
Pasan los días y el Hércules sigue caminando en círculos. Su técnico Rubén Torrecilla no tiene la confianza de nadie de los que toman decisiones en el Rico Pérez, pero la ausencia de un candidato que esté dispuesto a coger el toro por los cuernos sigue posponiendo una decisión que, en condiciones normales, debió tomarse después de la última derrota en Teruel, cuando Torrecilla dio muestras de estar agotado y abatido y el Hércules tenía por delante dos encuentros consecutivos en el Rico Pérez, frente a los filiales del Atlético y el Villarreal B.
El panorama se puso aún más de cara cuando el choque frente al Atlético Madrileño, previsto para el pasado viernes, fue suspendido por la amenaza de lluvia, ya que era el momento ideal para dar un volantazo y que el nuevo entrenador dispusiera de más tiempo para darle la vuelta al Hércules como un calcetín, que falta hace. Pero ni por esas.
La primera opción se negó en varias ocasiones y Ortiz ya tiene claro que lo de Bolo es un sueño imposible. Ni ofreciéndole años de contrato, ni garantizándole que trabajaría con todo su staff. Bolo quiere seguir en Segunda, espera oportunidades en la categoría de plata y entiende que asumiría un riesgo innecesario sentándose en el banquillo de un Hércules colista en su grupo de Primera RFEF. Además, el hecho de su hijo Adrián esté en la plantilla tampoco ayuda y el dueño del Hércules ya lo sabe.
Una vez descartada la opción de Bolo, el panorama se complica porque hay muchos ofrecimientos pero ninguno convence conjuntamente a Ortiz y a Peña. Pero a su vez ambos saben que la situación es insostenible porque coinciden en que este equipo no remontara con Torrecilla a los mandos.
Pese a esta certeza, el extremeño tiene todas las papeletas para sentarse este sábado en el banquillo del Rico Pérez frente al Villarreal B. Además, el calendario se comprime porque el Hércules recibirá el miércoles al Atlético Madrileño y viajará el fin de semana siguiente a Sevilla. Es decir, el club ha dejado pasar un tiempo precioso y un cambio en el banquillo la semana que viene vendría peor que nunca.
Si las sensaciones que transmite el equipo de Torrecilla son malas, los números resultan aún peores y tanto Ortiz como Peña están acongojados. El Hércules está a cuatro puntos de la salvación y necesita enderezar el rumbo por la vía de la urgencia si no quiere verse abocado a una lucha para la que no estaba destinado.