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La sequía ha condenado a la Denominación de Origen Protegida (DOP) Vinos Alicante a recoger la cosecha de uva para vinificar más pequeña de los últimos años. Así, la producción inscrita a la DOP ha sumado unos 15 millones de kilos, un descenso del 23% respecto al anterior 2023, cuando la cosecha resultó también baja.
Las uvas tienen un grado Baumé medio de 11,972, casi un punto inferior al del pasado ejercicio. Por comarcas el Vinalopó Medio condensó el 68,1% de la producción y el Alto Vinalopó un 30%, mientras que la Marina Alta concentró el resto.
La vendimia comenzó a finales de julio y se prolongó hasta mitad de octubre con lotes de monastrell que se encontraban sobremaduradas. Eso sí, desde la DOP insisten en que la uva mantiene los «altos niveles de calidad y sanidad en su diversidad de variedades«. Los bajos rendimientos endógenos de la zona avanzan una potente añada, explican.
En los últimos años la provincia se ha visto azotada por la sequía, que es especialmente acuciante en la Marina Alta, donde el viñedo carece de regadío por las condiciones geográficas y climatológicas. Además, esta situación ha aumentado la aparición de plagas en busca de alimento que subsiste, como son los jabalíes, el mosquito verde o el conejo.
El Consejo Regulador de la DOP Alicante ha alertado a través de diferentes campañas de la necesaria protección del viñedo en estos momentos para mantener la superficie fértil en estas comarcas y la obligada implicación de administraciones, sumillería, hostelería, medios de comunicación y jóvenes en la protección de este material vegetal único en el mundo y uno de los históricos cultivos de la zona.
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