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Hace ya más de cinco años que una riada arrasó parte de la Vega Baja. Una catástrofe que se volvió a repetir, a mayor escala, en Valencia este octubre y que dejó más de 220 fallecidos en la provincia vecina. Con la tragedia muy reciente y con la reconstrucción en marcha y el fantasma de futuras DANA presente, salen a la palestra proyectos hidráulicos que todavía no han sido acometidos en la provincia de Alicante y que ayudarían a mitigar los efectos de estos desastres.
Algunas de estas obras clave, que llevan desde 2019 en el dique seco, son la desembocadura del Segura, en Guardamar, o la rambla de Abanilla, en la Vega Baja cerca de Orihuela. Estos son los dos proyectos estratégicos que están parados desde hace cinco años y sobre los que pone el acento la secretaria general de la Federación de Obras Públicas en Alicante (FOPA), Rosa Vinal.
Vinal asegura que es «inconcebible que queden sin hacerse desde 2019 obras hidraúlicas como la desembocadura del Segura de Guardamar o la rambla de Abanilla». Avisa que en caso de no acometerse «estas riadas, que pueden volver a suceder, dejarán más daños».
La secretaria general de FOPA subraya que la inversión en estas obras es «ínfima comparado con el gasto posterior que se debe realizar tras los daños» e insta a acometerlas con urgencia. Una reivindicación que viene respaldada por los alcaldes de los municipios de la Vega Baja.
Estos proyectos contemplan tareas como actuaciones de laminación en las avenidas de la rambla de Abanilla, o la derivación del canal a la presa de Santomera, así como el dragado y limpieza de la desembocadura del río Segura y la eliminación del efecto barrera de la carretera N-332 en su paso por esta zona del municipio guardamarenco.
Obras que dependen de la Confederación Hidrográfica del Segura y de la Administración central, según apuntan desde FOPA, que pide «urgencia» para estos trabajos. La directiva de la Federación de Obras Públicas explica que «hay que ahondar en las obras de prevención» y pide que «no se interpreten como un gasto, ya que el coste de estas obras es mucho menor que los daños que deja la catástrofe, que son incalculables».
En este sentido, Vinal critica la falta de inversión por parte del Gobierno central, que destina la cantidad más baja por ciudadano de toda España. En los últimos presupuestos, los de 2024, la cantidad fue de 184 millones de euros. Pero Vinal va más allá y denuncia que tan solo «un 30% de todos estos millones se ejecutan», cuando hace referencia a un 70% como número que sería positivo.
«El gran tapón para acometer estas obras es la falta de inversión», expresa la responsable de FOPA, que vuelve a denunciar una situación que viene arrastrando la provincia desde hace años. De hecho, desde el 2008 acumula un déficit inversor de 3.000 millones de euros en infraestructuras.
En consonancia con las reivindicaciones del sector empresarial, la consellera de Industria e Innovación, Marián Cano, ha criticado la infrafinanciación de la provincia y ha pedido que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, «tenga en cuenta las necesidades de nuestra provincia y que apueste por la condonación de la deuda».
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