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La principal preocupación expresada tanto por la Generalitat Valenciana como por el Ayuntamiento de Alicante de que la fusión del BBVA con el Banco Sabadell va a conllevar la reducción de oficinas y despido de personal, se confirma. El presidente de BBVA, Carlos Torres, admitió que «puede haber reducción de empleo en el primer momento», como en otros proceso de integración. Todo ello «en diálogo con los sindicatos» y con paquetes de medidas que «tienen mucho atractivo para las personas que se acogen a ellos» y sin que haya medidas traumáticas.
Ha añadido que ya habido inversores de Banco Sabadell, «algunos relevantes», que han contactado con su entidad para hacerles llegar su interés por la operación de fusión que ha planteado. «Ha habido inversores de Banco Sabadell, algunos relevantes, que sí han contactado con nosotros para hacernos llegar su interés por que se materializara una oferta como la que hemos presentado. Tenían interés en aceptar los términos en la que la hemos presentado», ha respondido ante los medios de comunicación a preguntas de los periodistas.
Sin embargo, ha afirmado que el momento para aceptar la oferta «no es ahora», sino en el periodo de aceptación, que se podría producir en unos seis u ocho meses, tras recabar las autorizaciones necesarias. «Estamos a meses de que eso se produzca y no es el momento de estar contando qué porcentajes hay o no hay en este sentido», ha zanjado.
También ha apuntado que la sede social seguiría siendo la de BBVA, en Bilbao, mientras que para la que Sabadell, en Alicante, tendrán «máximo cuidado» en «asegurar el compromiso» con esa zona por la importancia que detectan que tiene. La sede operativa de Sabadell se quedaría en San Cugat del Vallés.
Así lo ha dicho Torres en la rueda de prensa para dar detalles sobre la opa lanzada este jueves sobre el Banco Sabadell con las mismas condiciones que la fusión, de una acción de nueva emisión de BBVA por 4,83 de Sabadell y un peso del 16% para el banco de origen catalán en la nueva entidad.
El presidente de BBVA insistió en que «no queda espacio para que podamos subir la oferta o cambiarla» en el transcurso del proceso y que así lo trasladan los propios inversores del banco. Torres repitió en varias ocasiones que es una oferta «extremadamente atractiva» y la diferencia con respecto al planteamiento de fusión de la semana pasada es que ahora serán los accionistas del Sabadell directamente los que deberán pronunciarse y no el consejo, si bien posteriormente también deberá hacerlo éste.
La aproximación es distinta ahora, según Torres, porque es una opa en lugar de una negociación para una fusión, pero que «mantenemos el mismo espíritu amistoso» para integrarse y rechazó que tenga un «carácter hostil».
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Relató que el primer planteamiento de fusión, realizado la semana pasada, se precipitó por la filtración a la prensa y «provocó que la oferta que teníamos que estar discutiendo en privado pasara a la luz pública». El banco había iniciado conversaciones a mediados de abril, cuando tuvo un encuentro presencial con el presidente de Sabadell, Josep Oliu, en el que le trasladó el interés en una fusión, pero la filtración «altera la hoja de ruta».
Respecto a la posibilidad de que salgan competidores por Sabadell, Torres admitió que es «factible», pero reiteró que por parte de BBVA no hay más margen y han puesto encima de la mesa su «mejor oferta». También consideró que si hubiera una contraopa de Sabadell por Unicaja en medio de la suya por Sabadell sería una circunstancia que «tendría un camino más complicado», dada la posibilidad que se ha venido planteando antes de esta oferta de que Sabadell pueda comprar Unicaja.
En el caso de que no fructifique la opa de BBVA, el consejero delegado del banco, Onur Genç, comentó que la entidad continuará con crecimiento orgánico. Apuntó que BBVA «necesita escala» en banca comercial y en el negocio minorista. Además, el exceso de capital se destinará a crecimiento y a distribución entre los accionistas.
Torres y Genç también señalaron que si se produce un daño reputacional, «bienvenido sea» en el sentido de que «hemos hecho lo correcto» y «estamos dispuesto a asumir ese riesgo». «El camino fácil hubiera sido abandonar este proyecto; no es por lo que nos pagan, creemos que tenemos la responsabilidad de defender los intereses de nuestros accionistas» e intentar una operación que «tiene mucho sentido», afirmó el presidente de BBVA. De manera que si finalmente los accionistas de Sabadell deciden rechazar la opa, «estaremos muy orgullosos de haberlo intentado», añadió.
Torres aseveró que su futuro profesional le preocupa «poco» si esta operación fracasa y de ella dependiera su puesto, aunque consideró que «no debería ser así», y descartó que se plantee en ese caso dimitir.
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