
Juan Carlos Ferrero
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Juan Carlos Ferrero
Si hay dos nombres que representan el éxito del tenis español, además de Rafael Nadal, son Carlos Alcaraz y su entrenador, Juan Carlos Ferrero. El técnico de Ontinyent lleva cinco años manejando la carrera del actual número dos del tenis mundial y no se entendería el éxito del murciano sin la figura del que fuera número uno en 2003.
A sus 43 años, 'Juanki' ha logrado lo que pocos han conseguido en el tenis: alcanzar la cima como jugador y entrenador. Raqueta en mano se alzó con numerosos éxitos hasta el 23 de octubre de 2012, cuando decidió retirarse oficialmente de las pistas con tres Copas Davis, 16 títulos ATP en su palmarés y ocho semanas como número uno del mundo. El tenista pasó de dar la primera 'ensaladera' a España a volver a la academia que le vio forjarse y tutelar a Carlitos, uno de los mayor talentos del circuito. Juntos han alcanzado el cenit y prometen trabajar duro para que el tenis español siga haciendo historia.
El éxito internacional de la academia ha sido premiado por la redacción de TodoAlicante.es, el primer diario digital del grupo Vocento en la provincia. De este modo, la Ferrero Tennis Academy será homenajeada en la gala del próximo 29 de noviembre con la entrega del premio Alicantinos del año 2023.
Ferrero atiende a TodoAlicante para analizar la temporada de Alcaraz, las claves del éxito de la academia, el motivo por el cual sigue viviendo en ella, e incluso se moja y pone encima de la mesa el nombre de uno de los tenistas que entrena en Villena que puede convertirse en un top mundial en los próximos años.
Sorprende que una persona como Ferrero, que podría permitirse vivir en cualquier ciudad tras una carrera exitosa, resida en la academia en la que entrena, pero para el técnico el centro es «un oasis» en una vida al estilo Willy Fog. Durante la temporada viaja junto a Carlos Alcaraz y su equipo por todo el mundo. Eso incluye dormir en «ciudades caóticas», la antítesis de lo que experimenta en Villena, su casa desde que tenía 15 años y donde es «inmensamente feliz».
En un enclave de 120.000 metros cuadrados rodeado de montañas, respira aire puro y encuentra esa tranquilidad tan necesaria para alejarse de la vida de estrés que caracteriza a los deportistas de élite. «Cuando vuelvo a la academia tras viajar con Carlos a algún torneo llego a mi hogar».
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Otro de los motivos por los que no ha cambiado su residencia desde que era menor es la cercanía con su trabajo, clave en el éxito del centro deportivo de alto rendimiento. «Poder controlar todo lo que pasa dentro y comunicarme con la gente prácticamente a diario es fundamental para que la academia carbure. Si pones el nombre y luego no estás nunca, eso no funciona».
Ferrero señala que hay muchas academias repartidas por el mundo en las que el personaje que da nombre «aparece dos o tres veces al año». Desde la Ferrero Tennis Academy consideran que esa fórmula «no tiene futuro» porque al final los padres quieren acudir de vez en cuando al centro y necesitan «esa cercanía para hablar de sus hijos, o de lo que se puede mejorar en la academia», apostilla.
El técnico de Alcaraz también destaca trabajo duro con entrenadores bien formados pero, sobre todo, la familiaridad, como claves del éxito de la academia. El de Ontinyent remarca que tienen una estructura en la que todos los componentes aportan «su granito de arena» y «reman en la misma dirección». «La comunicación con los pilares del centro deportivo, los que llevamos 25 o 30 años, es fundamental», recalca.
El tenista de Ontinyent relata la etapa que está viviendo como entrenador del actual número 2 del ATP. «Ser entrenador es mucho más complejo de lo que pensaba cuando estaba en la pista, pero ver a jugadores crecer durante estos años es algo que me llena». Aunque admite que el llegar a ser mejor jugador del mundo durante ocho semanas es «una experiencia inolvidable» en la que consiguió mucho más de lo que pensaba cuando era pequeño.
Como entrenador las sensaciones son totalmente diferentes a las que vivía a ras de pista. Ferrero admite que a veces siente «un poquito» de impotencia por no poder hacer más, aunque reconoce que el cambio de regla que desde el 11 de julio de 2022 permite a los entrenadores poder dar instrucciones y charlas a sus jugadores en mitad de los partidos ha reducido esta sensación.
El murciano va a acabar la temporada como número 2 de la ATP, sea cual sea el resultado la tarde de este sábado 18 de noviembre en el partido que disputa ante Djokovic en las semifinales del Master de Tenis de Turín. Ferrero admite que a Carlos le ha costado «un poquito» este final de temporada, tal vez por «la exigencia de que en cada torneo haya llegado a las semifinales o final». Asimismo, asegura que Alcaraz llegó de Estados Unidos «algo castigado a nivel mental», pero siempre «buscando resurgir» con el carácter guerrero que le caracteriza.
A pesar de que el murciano compite cada torneo, su entrenador considera que en Bercy y Roma «no ha dado el nivel esperado». El técnico ha destacado que Carlos debe tener «más continuidad en las próximas temporadas y saber lidiar con la presión de tener que jugar y ganar todo».
Quién mejor que 'Juanki' para entender la presión que tienen los mejores tenistas del mundo, quienes juegan más partidos y están obligados a ganar prácticamente todos los torneos. Ferrero entiende que ese exceso de equipaje puede pesar más y a Carlos «le está afectando un poco». Creo que profesionalmente tiene que empezar a aprender que el mundo del tenis es de enero a noviembre», ha explicado.
Ferrero no acaba la charla con TodoAlicante sin mojarse. Tiene decenas de jugadores en la academia entrenando al máximo nivel y mejorando a diario con entrenadores «muy bien preparados», pero pone encima de la mesa el nombre de un chico estadounidense de 16 años: Darwin Blanch.
De padres españoles, el yankee es el actual número 5 del mundo en categoría Junior. «Darwin puede convertirse en un jugador top», señala Ferrero. Cómo le pasó a él cuando comenzó a entrenar en la academia «tiene cosas que los demás, aunque entrenan muy bien, no tienen».
La gran promesa del tenis estadounidense se convirtió en el segundo jugador más joven en conseguir un punto ATP (tras Nico Álvarez Varona, y adelantando a su compañero de academia, Carlos Alcaraz), y el primero de su generación -2007-. De momento, el máximo exponente de la academia es y seguirá siendo Carlitos.
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