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David Sánchez de Castro
Madrid
Jueves, 16 de mayo 2024, 15:06
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La Fórmula 1 actual está sumida bajo el yugo de Red Bull y, más en concreto, de Max Verstappen. El riesgo de que el interés sobre el campeonato caiga notablemente ya es una realidad, toda vez que aún queda mucho margen para ver sorpresas. Solo hay que comprobar el último resultado, con victoria de Lando Norris al volante de su McLaren en buena lid frente al neerlandés en Miami. Otro año más, y a sabiendas de que previsiblemente va a ganar otro título, Verstappen se despedirá sin un ansiado pleno que entre Norris y Carlos Sainz le han birlado.
Quizá lo vivido en el trazado estadounidense no sea un oasis, sino una certeza. Red Bull tiene pequeñas, ínfimas, grietas que el resto de equipos quieren agrandar y, por eso, la llegada al legendario trazado Enzo e Dino Ferrari de Imola es una oportunidad de oro para comprobar si realmente ese absoluto favoritismo de Verstappen se mantiene. Todos los equipos, desde los candidatos a podio a los que pelean por no acabar últimos, han avanzado novedades. La llegada al territorio europeo permite que la logística sea más sencilla, lo que a su vez repercute en el flujo de piezas nuevas. Dicho de otra manera: las evoluciones van a ser más constantes a partir de ahora.
No es un circuito tan propicio para servir de laboratorio como lo era el que, hasta que sus políticas y su uso partidista (entre otros factores) lo hundieron, abría el calendario europeo. El Circuit de Barcelona-Catalunya era un trazado perfecto para hacer pruebas, hasta el punto de que se consideraba como ley la máxima de que el que va bien en Montmeló, va bien en todos los circuitos. De entrada, Imola ya va a llevar una novedad más allá de lo que se vea (o no) en los coches: vuelve la grava, vuelve la ilusión. El viejo trazado italiano (o sanmarinense, según el año) quiere demostrar lo que para muchos es una obviedad: los límites de pista se respetan si al pasarlos se penaliza, y qué mejor que su buena cantidad de grava en lugar de asfalto para que los pilotos se piensen dos veces si les merece la pena forzar o no las trazadas.
Todos los equipos van a llevar novedades técnicas, lo que no implica que todos vayan a mejorar. Red Bull, por ejemplo, ya ha avisado de que tienen claro que las suyas sí van a ser evoluciones útiles que les permitan afianzar y apuntalar aún más su superioridad, pero queda por ver si otros equipos con candidatura a ganar, bien sea Ferrari o McLaren, son capaces no solo de neutralizarlo sino incluso superarlo.
En buena medida, de lo que ocurra entre los coches de arriba dependerá lo que puedan lograr los de la zona media. Mercedes, por ejemplo, ha caído notablemente en las apuestas de cada gran premio, y no solo porque Lewis Hamilton esté pensando más en 2025 que en su despedida del equipo en el que se ha convertido en leyenda, sino porque el monoplaza de Brackley no está a la altura, o así lo ha demostrado, de sus rivales. Tampoco Aston Martin, cuyo AMR24 dista mucho del rendimiento de su predecesor comparativamente a sus expectativas, lo que hace que cada fin de semana se haya repetido el mismo guion: Fernando Alonso mejora lo previsto en clasificación, pero se hunde en carrera hasta el batiburrillo de los últimos puestos del 'top 10'.
Los retoques en Aston Martin serán constantes durante toda la temporada, pero en Imola llevan el primer gran paquete nuevo. «Debería abordar varias áreas de mejora que hemos identificado, pero todo es relativo: nadie se queda quieto en la F1 y nuestros competidores también traerán piezas nuevas», avisaba Mike Krack, jefe de la escudería británica, en la previa del fin de semana. Habrá que ver si estas novedades al menos mejoran en los puntos que pedía Alonso, que se lamentó sobre todo de las notables dificultades para mantener un buen ritmo de carrera los domingos más que los sábados.
En cuanto a Ferrari, Carlos Sainz y Charles Leclerc gozarán del factor cancha a favor, lo que en los tifosi no siempre significa apoyo. Pocas aficiones más duras y críticas con sus competidores que los italianos, por lo que las novedades (buena parte de los laterales se han cambiado de forma radical) técnicas que lleven no serán suficientemente aprobadas si no logran al menos pelear por el podio. Habida cuenta de que en Imola se adelanta regular tirando a mal y poco, la clasificación será crítica para todos por igual. Pero para Ferrari aún más por el ambiente que van a tener alrededor.
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