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Tras verse las caras en dos de las cinco últimas finales de la Champions y cruzar también espadas hace un par de campañas en cuartos de final de la máxima competición continental, Liverpool y Real Madrid librarán este martes en Anfield el primer asalto de otra eliminatoria que engrosará la leyenda de uno de los grandes clásicos del fútbol europeo.
El templo de Merseyside, refugio de una escuadra cuyas seis Copas de Europa le sitúan entre la aristocracia del balompié, recibe la visita del monarca absoluto del Viejo Continente con sus catorce 'orejonas', la última de las cuales viajó desde París al Santiago Bernabéu hace solo 269 días, después de que un gol de Vinicius y una actuación estratosférica de Courtois sellasen en el Stade de France el mismo destino que los 'reds' habían corrido cuatro años antes en el Olímpico de Kiev, entonces con Bale y Karius asumiendo los roles de héroe y villano, respectivamente.
Las heridas abiertas por el Real Madrid en las capitales de Ucrania y de Francia todavía atormentan al Liverpool, que clama venganza frente al conjunto de Carlo Ancelotti, después de rearmarse en la última semana. Los triunfos sobre el Everton y el Newcastle han devuelto a la tropa de Jürgen Klopp parte de la autoestima perdida durante un curso borrascoso. Apeados en diciembre de la Carabao Cup por el Manchester City y eliminados también de la FA Cup en enero por el Brighton, los 'reds' dilapidaron antes del parón por el Mundial de Catar cualquier opción de pelear por la Premier League y acogieron con pesar el emparejamiento con el conjunto de Chamartín que acordó el sorteo de octavos de la Champions. La retaguardia hacía aguas y la enfermería estaba llena a rebosar. Las perspectivas eran tan sombrías que se hablaba de un fin de ciclo.
Pero ahora el paciente tiene mejor cara. «Hemos ganado dos partidos seguidos y la confianza viene de vuelta», remarcó este lunes el neerlandés Cody Gakpo, fichaje invernal que tras un dubitativo inicio como 'red' ha empezado a dejar su impronta con sendas dianas en las dos últimas jornadas de la Premier. «Estas dos victorias pueden hacer parecer que estamos mejor. Y sí, puede ser, pero tenemos que luchar con todo lo que tenemos», agregó un Klopp cauto, aunque esperanzado. «Si hubiera sido unas semanas atrás, hubiera sido diferente. Es el momento correcto para jugar el partido. Tenemos que usar esta competición a nuestro favor. Tenemos que jugar dos súper partidos. El Real Madrid nunca desaprovecha las oportunidad y esa es la diferencia», incidió el teutón.
La vuelta de Firmino y de Jota amplía el abanico de opciones en ataque del Liverpool, pese a que Luis Díaz sigue en el dique seco y Darwin Núñez salió con el hombro tocado el sábado de St. James' Park, donde el uruguayo puso fin a seis partidos sin marcar en la Premier. Klopp también ha recuperado a Van Dijk, que se perdió siete encuentros por una lesión en el tendón de la corva pero pudo completar ya los 90 minutos contra el Newcastle. Rescatar una buena versión del central de Breda se antoja crucial para que el Liverpool ate en corto a un adversario que se transforma cuando escucha el himno de la Champions. «Si ganas la competición tantas veces, probablemente puedes pensar que te pertenece y quizá tengan razón», explicó su técnico.
La destreza del Real Madrid en su torneo fetiche alcanzó su culmen en la fase de eliminatorias del pasado curso, donde los blancos descabalgaron sucesivamente a PSG, Chelsea y Manchester City, antes de rendir al Liverpool en la final de París. Emular aquel épico trayecto, aunque desligándolo del sufrimiento extremo si es posible, es el objetivo que se ha marcado el batallón de Ancelotti, que también llega relanzado al pleito y sumando soldados a la causa.
Las victorias ligueras frente a Elche y Osasuna, unidas a la conquista del Mundial de Clubes, han revitalizado al vigente campeón de Europa, que comparecerá en Anfield de nuevo con Benzema como estandarte. Tras descansar en Pamplona, el lionés, que ha anotado 15 tantos en 21 partidos ante equipos ingleses en la Champions pero todavía tiene su contador a cero en la presente edición del torneo, volverá a ocupar la punta de lanza, con Rodrygo y Vinicius en los costados.
Kroos, que se perdió los últimos encuentros a causa de una gripe con afección estomacal, viajó este mismo martes por la tarde y estará a disposición de Ancelotti, que mantiene las bajas de Mendy y Tchouaméni.
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