El alicantino Bordalás obra otro milagro y dispara su cotización

Bordalás devolvió la fe al vestuario azulón y la permanencia es otro hito en su carrera en los banquillos, ya que la empresa era casi suicida cuando decidió reemplazar a Quique Sánchez Flores. El alicantino tiene ahora abiertas de par en par las puertas del Getafe para liderar un nuevo proyecto, pero en sus primeras declaraciones ha dejado en el aire esta posibilidad.

El extécnico del Hércules y del Elche, entre otros muchos equipos, está en la agenda de numerosos clubes, pero ahora está por ver que ese interés se concrete. A su favor juega esta nueva heroicidad con el Getafe y a la contra la experiencia del curso pasado. Tras salir del Valencia, Bordalás confiaba en que algún equipo con metas ambiciosas apostara por él, pero los meses fueron pasando y al final solo se concretó la opción del Getafe a falta de siete encuentros. Previamente dijo no al Elche y ni se planteó otras opciones menores.

Una de las grandes ilusiones de Bordalás es probar suerte en el extranjero tras una larguísima carrera en España, donde ha pasado por todas las categorías. El técnico del barrio de Rabasa tiene ahora la sartén por el mango. La opción del Getafe está más que garantizada y ya sabe que, en caso de aceptarla, tendría casi todo el poder en el Coliseum a tenor de las últimas declaraciones del presidente Ángel Torres: «Como máximo responsable, me he equivocado demasiado y tengo que corregir muchas cosas y seguir adelante. Vamos a ver si con Bordalás, si va a seguir el próximo año, que espero que sí, y a empezar a trabajar para hacer un nuevo proyecto. Pepe para mí es como un hermano», reconoció.

Bordalás, de 59 años, es un clásico del fútbol alicantino, un histórico. Una lesión de rodilla truncó su carrera como jugador y sus primeros pasos como entrenador los dio en el desaparecido Muchavista. En Segunda B pasó por los banquillos del Benidorm, Alicante y Novelda, pero fue el Hércules el que le permitió estrenarse en Segunda División en la temporada 05-06 tras la destitución de Juan Carlos Mandiá.

En el Rico Pérez sufrió el único despido de su categoría, lo que le hizo bajar un peldaño para tomar las riendas del Alcoyano, de Segunda B. Dos meritorias campañas en El Collao le valieron para subir de nuevo a Segunda de la mano del Elche y desde entonces su carrera se disparó.

Bordalás logró dos ascensos consecutivos a Primera con el Alavés (2016) y el Getafe (2017) y el mayor reto de su carrera fue estar al frente del Valencia el curso 21-22. En Mestalla respondió con creces a la confianza depositada y llevó al cuadro che a la final de la Copa del Rey, perdida ante el Betis por penaltis.

Ahora el entrenador alicantino vuelve a estar en la cresta de la ola porque ha quedado claro una vez más que garantiza resultados. Bordalás tiene un mes por delante para tomar una decisión y las maletas preparadas por si toca viajar al extranjero.