La emoción de dos alicantinas recordando a su padre en San Mamés: «Nos dejó el mejor legado»

Dos hermanas de Alicante han dejado uno de los momentos más emotivos del año en LaLiga y qué mejor escenario que la catedral del fútbol español. Las protagonistas de esta bonita historia viajaban a Bilbao para pisar por primera vez San Mamés con un claro propósito: homenajear a su padre fallecido recientemente, un alicantino que consideraba la capital vizcaína su segunda casa.

Las cámaras de 'El día después' captaron la aventura de las dos alicantinas, que estaban muy emocionadas desde antes de comenzar el encuentro que enfrentaba al Athletic y al Girona, celebrado el pasado sábado 8 de febrero. Duelo que se llevaron los leones por un contundente 3-0 con un estelar Oier Sancet que anotó un hattrick.

El homenajeado se llamaba Juan Vicente Lillo Cartagena. Un alicantino que consideraba Bilbao, a pesar de la distancia con 'la terreta', su segundo hogar. Las hijas contaron en el programa que su padre descansa en el monte de Artxanda y que visitaban La Catedral para honrar su memoria.

«Estamos aquí por mi padre; un alicantino, la persona más maravillosa del mundo, que nos ha dejado el mayor legado que se puede dejar: ser aficionadas de este club que trasciende el fútbol», explicaba una de ellas mientras mostraba una foto del recordado a la cámara.

Su hermana explicó que Juan Vicente yace en Bilbao: «Mi padre está descansando aquí, en el monte Artxanda. Es la primera vez que venimos a San Mamés, pero no será la última porque esta es nuestra segunda ciudad».

Además, revelaba que el conjunto zurigorri protagonizó algunos de sus recuerdos más bonitosen familia: «Los domingos, cuando éramos pequeñas, era el Athletic en la radio. Estar en el sofá y escuchar: 'Si gana el Athletic, mi copa de coñac no va a faltar'», recordaban con cariño.

En los aledaños de San Mamés, una de las hermanas reconocía los nervios que sentía: «Estamos con el corazón... cuando empieza a sonar el himno nos da un ataque». Y, efectivamente, instantes antes de que comenzase el partido ninguna de las hermanas pudo contener las lágrimas y arrancaron a llorar de la emoción cuando sonó el «¡Athleeeetic!».

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