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Navegar por el océano Atlántico nunca es sencillo, y menos si se tiene que recorrer unos 8.520 kilómetros. Siguiendo la sombra de la costa africana, los veleros se embarcarán el 25 de enero en sus bravas aguas para llegar hasta uno de los puntos más al sur del continente: Ciudad del Cabo. La capital legislativa de Sudáfrica repite por duodécima vez como escala, siendo la más visitada en la historia de la regata.
Los navegantes competirán en una segunda etapa que promete ser de las más veloces de esta edición. Y es que, una vez en el ecuador y en pleno océano, los vientos de ambos hemisferios se juntan, dando lugar a veloces aires que pueden ayudar a cualquier equipo a colocarse a la cabeza. Para poder aprovecharlos, los equipos deberán navegar hacia la costa brasileña para luego, impulsados por estos aires, poder llegar rápidamente a Sudáfrica.
Lugar de salida: Puerto de Mindelo, Cabo Verde
Fecha de salida: 25 de enero de 2023
Lugar de meta: Puerto de Ciudad del Cabo, Sudáfrica
Distancia: 8.520 kilómetros
Recorrido: Océano Atlántico, el Ecuador
La mítica parada permitirá además a los regatistas descansar y prepararse para la siguiente etapa, la más larga de la historia de la Ocean Race. Los técnicos podrán trabajar en los barcos, que se sacarán del agua para su mantenimiento. Esta será la primera vez de las tres previstas en las que se permitirán los arreglos en puerto.
Puede sonar contradictorio, pero para llegar antes a Ciudad del Cabo, las flotas se desviarán hacia Sudamérica. Y es que esto tiene que ver con cómo soplan los vientos. De oeste a este, los navegantes buscarán trazar una diagonal una vez estén en el hemisferio sur. Parte de la culpa la tienen los vientos alisios.
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Óscar Bartual Bardisa
Estos aires de las regiones intertropicales impulsarán a los regatistas rápidamente hacia el sur, por lo que tendrán que decidir cuando apuntar hacia Ciudad del Cabo. La travesía, marcada por los cambios meteorológicos, puede jugarles malas pasadas. Desde vientos flojos y poco intensos, hasta persistentes aires que agotarán a las tripulaciones.
Si alguien piensa que lo más fácil es navegar cerca de la costa sudafricana está muy equivocado. El anticiclón Santa Helena es el mayor problema que tendrán los equipos cuanto más se acerquen a la meta. El tramo final de la travesía está bloqueado por esta masa de aire permanente y de vientos flojos puede cambiar de un momento a otro, por lo que navegar hacia el sur no es tarea fácil.
Alerta total. Así es como deberán de estar los regatistas, que podrán tomar distintas estrategias dependiendo de la clase de velero en la que naveguen. Lo que está claro es que esta etapa, aunque no es de las más largas de la vuelta al mundo en vela, implica un desgaste físico y mental comparable a tan solo unas pocas. Todo ello para llegar a la parada más visitada desde los inicios de la Ocean Race, donde podrán descansar para embarcarse hacia Brasil, pero lo harán dando la vuelta al globo.
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