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Malachi Flynn sorprendió a propios y extraños esta noche en la NBA. El base de los Detroit Pistons, cuyo promedio anotador era de 5,2 puntos desde que irrumpiese hace cuatro años en la liga, se erigió en el gran protagonista del duelo que midió al conjunto de Michigan con los Atlanta Hawks y que se disputó en el State Farm Arena de la capital del estadio de Georgia. Aunque la cita concluyó con victoria del equipo local por 121-113, los titulares los coparon los 50 puntos que encestó el inopinado cañonero nacido el 10 de mayo de 1998 en la ciudad de Tacoma (Washington). Su frenesí de cara al aro entra por derecho propio en los libros de historia de la mejor competición de baloncesto del planeta al constituir una de las exhibiciones más imprevisibles de la historia.
Partiendo desde el banquillo, Flynn se echó los Pistons a la espalda para convertirse en el décimo jugador capaz de rebasar la barrera del medio centenar de puntos en un partido en lo que va de curso. Baste señalar el intimidante nombre de los nueves restantes -Devin Booker, Joel Embiid, Giannis Antetokounmpo, Jalen Brunson, Luka Doncic, Tyrese Maxey, Stephen Curry, Zach LaVine y Karl-Anthony Towns- para dar cuenta de lo extraordinario de la hazaña que completó en el State Farm Arena.
Flynn permaneció 34 minutos en pista, tiempo suficiente para que rubricase un monstruoso despliegue de artillería con 5/9 en tiros de tres, 13/16 en lanzamientos de dos y 9/12 en tiros libres. También capturó seis rebotes y repartió cinco asistencias. Un partido prodigioso para liderar a unos Pistons de capa caída que comparecían sin su gran estrella, Cade Cunningham, y que sumaron una nueva derrota dentro de otra negra campaña, pero que encontraron al menos una historia vivificante con el paso al frente que dio quien estaba llamado a ser un mero actor de reparto.
Flynn, escogido en el puesto 29 de la primera ronda del 'draft' de 2020 por los Toronto Raptors tras forjarse primero en la Universidad Estatal de Washington y posteriormente en San Diego State, con los que llegó a ser escogido como Jugador del Año de la Mountain West Conference y también como Mejor Jugador Defensivo, pasó sus dos primeras temporadas en la NBA a caballo entre los Raptors y la G-League. Disputó 47 partidos en el año de debut a las órdenes de Nick Nurse e incluso fue designado 'rookie' del mes de abril en la Conferencia Oeste, pero nunca fue capaz de ganarse la confianza plena del técnico campeón de la NBA en 2019 ni la de Darko Rajakovic, actual entrenador del conjunto canadiense.
De ahí que, el 30 de diciembre de 2023, fuese traspasado a los New York Knicks en una operación que mandó también a la Gran Manzana a O.G. Anunoby y a Precious Achiuwa, a cambio de RJ Barrett e Immanuel Quickley. Después de catorce partidos a las órdenes de Tom Thibodeau, Flynn volvía a hacer las maletas, esta vez rumbo a los Pistons. Tenía los 27 puntos que anotó frente a los Indiana Pacers el 16 de mayo de 2021 como mejor marca personal y llegó para reforzar el fondo de armario del peor equipo de la NBA.
Su impacto, hasta la fecha, había sido mínimo. Apenas 11,6 minutos de media en un equipo que cierra la clasificación de la Conferencia Este, con 13 victorias y 63 derrotas. Pero en la noche del miércoles al jueves se destapó con una actuación colosal. Solo otros dos jugadores, Nick Anderson (1993) y Jamal Crawford (2019), habían sido capaces de anotar al menos 50 puntos saliendo desde el banquillo en la NBA. Y absolutamente nadie había logrado acreditar dicha marca con un promedio anotador tan reducido como el suyo. Lo más parecido eran los 7,4 de media que registraba Terrence Ross cuando, el 26 de enero de 2014, acribilló con 51 puntos a Los Angeles Clippers mientras defendía la camiseta de los Toronto Raptors.
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