Una investigadora de la UA, en el lugar más antiguo de la Tierra
La profesora de Prehistoria Patxuka de Miguel Ibáñez ha participado en un estudio de restos humanos del Holoceno junto al lago Turkana, en Kenia, datados hace tres millones de años
Ismael Martinez
Alicante
Martes, 8 de julio 2025, 17:26
La profesora de Prehistoria e investigadora de la Universidad de Alicante Patxuka de Miguel Ibáñez ha participado en un proyecto vinculado con el estudio de restos humanos del Holoceno junto al lago Turkana, en Kenia, centrado en la comprensión de las patologías, la salud y los cuidados en la evolución humana.
El objetivo de esta campaña es conocer a las poblaciones que habitaron junto al lago Turkana a inicios del Holoceno (desde el 10 000 a. C. aproximadamente) desde una perspectiva paleopatológica, es decir, buscando signos de patologías en huesos y dientes en poblaciones extintas, según explica Patxuka de Miguel Ibáñez.
El lago y sus proximidades cuentan con una prolongada historia de la investigación dada su riqueza en fósiles homínidos desde los albores de la Humanidad. Actualmente, se conocen restos de industria lítica que superan los tres millones de años, por lo que es el lugar más antiguo en el que se han identificado.
Dentro de los proyectos desarrollados en el área, se ha iniciado el que centra la participación, como miembro del equipo de investigación, de Patxuka de Miguel, profesora asociada del Área de Prehistoria y miembro del Instituto Universitario de Investigación en Arqueología y Patrimonio Histórico (INAPH).
Las labores se desarrollan en el laboratorio de investigación del Turkana Basin Institut (TBI), a orillas del Río Turkwel, centrando el interés en el reconocimiento de signos patológicos presentes en huesos y dientes.
La profesora de la Universidad de Alicante ha indicado que este proyecto se ha focalizado «no solo en las patologías en sí, sino también en los cuidados, una perspectiva que busca visibilizar que sin cuidados ni una sola sociedad sería capaz de sobrevivir».
A partir de la clasificación y diagnóstico diferencial, se intenta inferir los cuidados recibidos durante el evento y su posterior recuperación, según ha explicado la investigadora, quien ha resaltado que «es de máxima relevancia recuperar una información centrada en el apoyo y la empatía, circunstancias que permiten la supervivencia del grupo, más ante situaciones de enfermedad y posterior convalecencia que aporten una nueva mirada al comportamiento de las sociedades prehistóricas a través de la osteoarqueología.»