Una montaña de ceniza gris

Las llamas comenzaron con la chispa de una radial en las obras de una depuradora en Benasau. Pero el fuego avanzó rápido e implacable empujado por la sequedad del terreno, las altas temperaturas y el viento hasta convertir en ceniza uno de los enclaves verdes más importantes de Alicante.

Los barrancos de Ares y del río Penáguila son dos de los flancos que continúan más activos y donde los bomberos luchan con todas sus herramientas para lograr estabilizar el fuego. Mientras se logra acabar con el incendio, el monte alicantino sigue ardiendo, pendiente de que las condiciones mejoren y los bomberos logren acabar con la tragedia.

• Temas
• Incendios forestales
• Bomberos