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A escasos metros del centro de Dénia y del Montgó, los jabalíes ya se cuelan hasta dentro de las urbanizaciones en busca de comida. Como es el caso de esta zona poblada, donde esta madrugada los vecinos han podido ver cómo una pareja de estos mamíferos andaba en busca de restos de algún manjar que llevarse a la boca.
Los animales ya no solo acuden a las zonas donde están los contenedores de basura, sino que se meten en las urbanizaciones. Los vecinos y agentes de la policía que estaban esta madrugada en las puertas del complejo de viviendas han sido sorprendidos por la presencia de estos animales, que no se asustan de la presencia de los humanos.
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Alejandro Hernández
Y es que, tras acceder a una de las casas en obras y comprobar que no había comida ni agua, han salido tranquilamente y se han dirigido por la calle rumbo a otro lugar en busca de alimentos.
La superpoblación de jabalíes se ha convertido en un verdadero problema en muchos puntos de la Marina Alta, tanto en el interior como en la costa. A principio de año, los alcaldes decidieron remar juntos y reclamar medidas urgentes a la Conselleria de Medio Ambiente para frenar esta «plaga» que destroza cultivos, arrasa cosechas y tiene a algunos vecinos «acuartelados en casa por la noche».
Los representantes municipales en la reunión de la Xarxa d'Alcaldies, celebrada en Els Poblets, expresaron su preocupación por el incremento de ejemplares. Dejaron claro que se trata de una cuestión comarcal que deben abordar unidos.
Desde la Asociación Dénia Animal Save sostienen que durante mucho tiempo «las actividades humanas han destruido los hábitas de los jabalíes, motivo por el cual se buscan la vida acercándose a pueblos como Dénia». Por ello, rechazan cualquier método que «cause daño a los animales, como son los de matanza, que ya se han demostrado ineficaces porque toda la vida ha existido la caza y cada vez hay más animales».
Asimismo, señalan que lo que provoca la caza es «un desequilibrio» y un «aumento del problema», por lo que promueven métodos éticos y efectivos para convivir con estas especies que, por desgracia, tienen que pagar «las consecuencias del antropocentrismo humano derivado en daños constantes a las especies de animales y que subsidiariamente ha derivado en la grave crisis climática que estamos atravesando».
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