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Con la coronación del Shishapangma, Adriana Brownlee se ha convertido en la alpinista más joven en ascender las 14 montañas más altas del planeta --aquellas superiores a ocho mil metros--. Con apenas 23 años, ha conseguido una hazaña que está en manos de muy pocos alpinistas, y lo ha conseguido en poco más de tres años.
Aunque Adriana nació en el Reino Unido, los orígenes de su pasión por la montaña hay que buscarlos en la provincia de Alicante, concretamente en la escarpada ciudad de Alcoi, de donde es su madre y donde empezó a escalar a temprana edad, tal y como ella misma reconoce.
A través de su perfil de Instagram, esta precoz alpinista relata sus hazañas en la montaña, como por ejemplo su expedición al Annapurna hace un par de años, en la que asegura haber hecho frente a «avalanchas cada cinco minutos» en una interminable ascensión con muchas paradas y temperaturas extremas.
También en la cordillera del Himalaya ascendió ese mismo año al Nanga Parbat, el octavo ochomil de su carrera y posiblemente «el más duro y peligroso hasta ese momento», donde se expuso a la caída de piedras del «tamaño de personas a velocidades de 100 km/h».
Respecto a la ascensión al Shishapangma (8.027 m) con la que ha certificado su récord de precocidad, Adriana reconoce que descartó el uso de bombonas de oxígeno suplementario con tal de incrementar la dificultad y dar mayor valor a su expedición. «Ha sido una larga y extremadamente fría subida. Todavía tengo la piel de gallina recordando el momento en el que finalmente pude ver la cima».
Entre las lecciones que ha aprendido en este ambicioso proyecto de tres años, se encuentra la de «no dejar de perseguir los sueños propios», así como «entrenar duro y estar preparado para el próximo desafío».
En otras expediciones como el Dhaulagiri estuvo incluso a punto de morir; de hecho, sus padres llegaron a planear su funeral después de no tener noticias de ella durante 32 horas. En un momento de la expedición, a más de 8.000 metros, tanto ella como su sherpa se quedaron sin oxígeno ni forma de comunicarse con el campo base. Toda una experiencia cercana a la muerte y de la que a buen seguro salió reforzada para conseguir su récord Guiness.
Los 14 picos que han permitido su consagración son el Everest, el K2, el Kangchenjunga, el Lhotse, el Makalu, el Cho Oyu, el Dhaulagiri I, el Manaslu, el Nanga Parbat, el Annapurna I, el Gasherbrum I, el Broad Peak, el Gasherbrum II y el Shishapangma.
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