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Hay quien asegura que después del paso de una manga marina, esos tornados que se generan sobre el mar y que se diluyen a pocos metros de la orilla, ha visto 'llover' todo tipo de fauna marina. Sin embargo, la aparición este domingo del enorme cadáver de un atún rojo en una parcela pública de El Muratl de Benidorm situada a casi un kilómetro en línea recta desde la orilla de la playa de Poniente, dista mucho de ser producto de un fenómeno meteorológico que, por otra parte, tendría que haber sido de una potencia descomunal para hacer volar tamaño ejemplar tanta distancia.
La historia comienza el pasado sábado, cuando el cuerpo de un enorme atún rojo de unos 300 kilos de peso apareció en la orilla de la playa de Poniente convirtiéndose en protagonista de muchas fotografías que corrieron de móvil en móvil por la ciudad y que pronto dieron el salto a las redes sociales.
Todo hubiese quedado en una mera anécdota si no fuese porque ese cadáver apareció, pocas horas después, semienterrado en una parcela pública del parque de El Murtal, donde varios vecinos lo fotografiaron compartiendo no sólo la imagen, sino también (y sobre todo) su indignación ante lo que consideraron una mala gestión de esos restos animales.
Ante el revuelo producido en redes sociales, el ayuntamiento de Benidorm, a través de su concejalía de Medio Ambiente, no ha tenido más remedio que dar una explicación para que el atún terminara a más de un kilómetro de la orilla a la espera, ha asegurado la edil del área, Mónica Gómez, de que una empresa especializada se haga cargo del mismo.
Gómez ha subrayado que nada más localizarse el ejemplar, se procedió a acotar la zona de arena próxima a la orilla y, siguiendo con el protocolo establecido para estos casos, la Policía Local dio traslado al Instituto Cavanilles de Biodiversidad y Biología Evolutiva, cuyo personal procedió en la misma playa a realizar la correspondiente necropsia y toma de muestras.
El problema comenzó justo después, cuando se tuvo que proceder a la retirada del cuerpo del atún de la playa. Fue entonces cuando, según se ha explicado desde Medio Ambiente, ante la imposibilidad de incinerarlo en el crematorio de la Sociedad Protectora de Animales debido a las grandes dimensiones del ejemplar, de unos 300 kilos, y a la espera de que una empresa especializada en la gestión de residuos de animales proceda a su recogida, se trasladó a una parcela municipal en la zona de El Murtal.
Mónica Gómez ha aclarado que esta parcela «es la misma a la que se trasladan todos los restos marinos, como las algas que se retiran de las playas, para proceder a su tratamiento conforme a lo que establecen los protocolos».
Ante el lógico revuelo que la presencia del cadáver ha provocado entre aquellos que han paseado por la zona durante el fin de semana, la edil de Medio Ambiente ha afirmado que Gómez ha señalado que «se podrá no estar de acuerdo con los protocolos, porque obviamente a nadie le gusta tener un atún en la playa durante horas, ni tampoco en una parcela municipal sin poder enterrarlo; pero los protocolos están para cumplirlos y es lo que hace este Ayuntamiento».
Además, ha insistido en que el hecho de que el hallazgo se haya producido en fin de semana y festivo ha dificultado el poder contar con el servicio especializado y certificado de gestión de residuos de animales, teniendo que aplazarse esta actuación.
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