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El Moralet no tiene agua corriente, o al menos una parte de las parcelas carecen de la posibilidad de conectarse a la red de agua potable de Alicante. Según los vecinos, más de 1.200 personas. «Hay cientos de personas en suelo urbano que no tienen agua», explica la vicepresidenta de la asociación de vecinos del Nou Moralet, María López.
El problema se arrastra desde hace años, en lo que se conoce como las zonas de planeamiento digerido del PGOU de 1987. Simplificando mucho la situación y, según explican los vecinos, estos terrenos son rústicos para el Ayuntamiento, mientras que para el Registro figuran como urbanos. Así que, según denuncian, las viviendas pagan un IBI urbano pero no cuentan con servicios municipales. «Esta zona es un puzle urbanístico», explica López.
Tanto es así que desde el Ayuntamiento de Alicante reconocen que el problema es que se trata de viviendas que no están ordenadas en el PGOU y que requieren de un instrumento posterior para considerarse urbanas y poder garantizar derechos como el agua potable. Pero desde el consistorio explican que el Plan Especial de Reforma Interior, el Plan Especial Temático o el Estudio de Detalle lo han de promover los propios vecinos. En caso contrario, no pueden hacer nada. A la vez que explican que están en conversaciones con los propietarios para regularizar la situación. La otra parte, Aguas de Alicante, afirma que ellos no pueden realizar ninguna conexión sin la autorización de Urbanismo.
Pero, mientras, la situación se mantiene enquistada. «Es muy triste que a los niños les enseñamos que no se puede beber del grifo, que el agua es mala», explica López, «aunque no es que sepa mal, es que fuimos a analizarla y tiene bacterias». En este caso se refiere al agua que lleva hasta las casas una entidad privada, Aguas del Moralet, que realiza el aporte de agua corriente, aunque, eso sí, es de regadío y no tratada para el consumo humano. En este caso algunos vecinos también critican los precios de esta empresa.
70 euros
12 metros cúbicos en cuba
1,20 a 2 euros
el metro cúbico de agua de regadío
1.000 euros
llevar la acometida con la empresa privada
La empresa reconoce que ellos no venden su agua como potable, sino que explican que es de riego. Admite que no puede confirmar el uso que haga de ella cada terreno. Aunque insiste en que la calidad no es muy diferente de la que se bebe en muchos pueblos, por eso cuestionan los análisis que muestran los vecinos, ya que entienden que no es lo mismo si se han hecho desde la misma cañería a si el agua pasa por un pozo ciego. Eso sí, explican que conectar una finca cuesta unos mil euros si está cerca de la cañería. La cosa cambia si está lejos, hace falta mayor inversión y por tanto resulta más caro. En este caso el precio está entre 1,20 y 2 euros el metro cúbico e insisten en que no «vendemos el agua mucho más cara de lo que la compramos».
Para otros vecinos la solución pasa por un depósito de agua que llenan con cubas. En este caso, otra vecina, Carmen, expone que una cuba de 12 metros cúbicos cuesta 70 euros y puede durar 2 o 3 semanas. Esto supone 140 euros, más el gasto en garrafas de agua potable.
Mientras, los vecinos ya han acudido al Síndic de Greuges que en su resolución ha instado al Ayuntamiento a prestar el suministro de agua potable al Moralet. El síndic, Ángel Luna, ha dirigido varias recomendaciones al consistorio para que «adopte, con determinación y prontitud, las medidas pertinentes para prestar todos los servicios públicos a los que está obligado en la partida del Moralet, y especialmente al abastecimiento de agua potable».
El mismo informe del Síndic reconoce la complejidad urbanística de esta partida que se percibe de los informes municipales. De ahí que sugiera al Ayuntamiento que lleve a cabo extensiones de red que puedan servir como puntos de acometida de servicio a las parcelas cercanas, aunque no estén sujetas a la concesión de licencias de edificación. También pide que se ejecuten depósitos de almacenamiento de agua potable o bien que establezcan convenios de suministro con otros ayuntamientos. Todo ello con el objetivo de disponer del servicio esencial de agua potable en las viviendas del Moralet.
Y es que es justamente el agua de beber la que más problemas supone para estos vecinos. De hecho varios mencionan que hasta hace unos meses había una fuente en la Ermita del Moralet pero que a día de hoy se encuentra clausurada. «Había gente que iba con garrafas y al menos el agua de beber la podías coger de ahí», afirma María López.
La solución para estas viviendas no será inmediata, ni siquiera después de que el Síndic de Greuges haya instado al Ayuntamiento para que suministre el agua. El cambio depende de que un nuevo PGOU califique el suelo como urbano, una propuesta que el borrador del ordenamiento de la época de Sonia Castedo ya contemplaba y que la actuación judicial paralizó. López explica que para la nueva redacción del PGOU han solicitado reunión con la coordinadora e incluso se han planteado acudir a la Generalitat. Mientras, el Moralet seguirá siendo un puzle en el que algunas viviendas tendrán agua municipal y otras continuarán dependiendo de otros recursos.
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