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La lonja del puerto de Alicante que no gestiona nadie desde mayo de este año Shootori
La lonja del puerto de Alicante está vacía tras la renuncia de la empresa concesionaria

Nadie quiere gestionar la lonja de pescado de Alicante

La empresa concesionaria renunció en mayo y nadie quiere dirigirla

Jueves, 20 de octubre 2022

Hace apenas cuatro años la lonja de Alicante estaba viva; los nervios, el estrés, el ruido de los camiones, el griterío de los compradores resonaba por toda la dársena. Más de cien toneladas de pescado se extrajeron del mar el primer trimestre del 2018 conviertiéndola ... en una de las lonjas más importantes de la provincia.

Hoy día no hay rastro ni de barcos ni de subasta. El silencio se impone durante el día y el único movimiento lo podemos encontrar de madrugada cuando comienza el mercado de asentadores, donde los minoristas acuden a comprar pescado y marisco que llega desde todos los puertos de España en camiones para ofrecer el género a los clientes en los mercados y restaurantes de la ciudad.

No es la primera vez que la lonja carece de su principal actividad: los barcos y la subasta. Llevaba doce años cerrada hasta que en 2016 la empresa Llotja d'Alacant, presidida por Francisco Mira y Felipe Fuster, asumió la explotación para los siguientes diez años, es decir 2026.

El edifico de venta de pescado llevaba 12 años cerrado

Ambos se embarcaban en un proyecto duro y muy complicado, pero bonito. Cogían el timón con la ilusión de convertirla en una de las importantes de la provincia y presentaron un plan de negocio acorde a la situación económica del momento.

Pero a pesar de su esfuerzo, cariño y dedicación los empresarios no han podido conseguir la reflotación de la lonja y en el mes de mayo renunciaron a los tres años que restaban de gestión tras la drástica reducción de la actividad. El motivo principal, según afirma uno de los presidentes de la empresa Llotja D'Alacant, Francisco Mira, era «el desproporcionado canón de ocupación» que pagaban al Puerto de Alicante de los ingresos anuales por la explotación del edificio.

Pero no era la única causa; el impacto del covid, la reducción paulatina de la flota de barcos y la prolongación de los paros biológicos por parte de la Generalitat Valenciana han ocasionado que la lonja sea un negocio «inviable» y no se haya podido llegar a cumplir los años de contrato, señala el empresario.

Un barco pescando en alta mar todoalicante

El mar necesita un descanso

La Ley 3/2001, de 26 de marzo, de Pesca Marítima del Estado, establece entre sus fines los de velar por la explotación equilibrada y responsable de los recursos pesqueros, favoreciendo su desarrollo sostenible y adoptar las medidas precisas para proteger, conservar y regenerar dichos recursos y sus ecosistemas, adaptando el esfuerzo de la flota a la situación de los mismos.

Entre las medidas se encuentran: establecer fondos mínimos, zonas o periodos de veda en los que se limite o se prohíba el ejercicio de las actividades pesqueras o la captura de determinadas especies, así como adoptar aquellas otras medidas que se consideren necesarias.

Respecto a los paros biológicos reseñar que son necesarios para la regeneración de especies marinas pero, a nadie del sector se le escapa que pueden condenar económicamente a los pescadores debido a que su actividad cesa durante un período consensuado, entre 30 y 60 días. De hecho, esta parada biológica es una medida que prevé una incidencia directa en la Cofradía de Pescadores debido a que se paraliza la actividad económica. Es más, la Generalitat ofrece una ayuda pero desde el sector pesquero denuncian que esa compensación no llega nunca o llega tarde.

Todos estos factores, difícilmente previsibles hace seis años, han ocasionado un descenso importante del volumen de negocio que ha llevado a la actual concesionaria de la lonja de pescados Alicante a cesar la actividad. «No podíamos seguir teniendo pérdidas. La situación era insostenible», indica Francisco Mira.

Toneladas de pescado en los últimos tres años

  • Primer trimestre de 2022: 79 toneladas

  • Año 2021: 714 toneladas

  • Año 2020: 1.282 toneladas

Desde la Autoridad Portuaria aseguran que el cese no impide que la misma empresa pueda volver a presentar su candidatura en un futuro concurso público, si bien lo hará junto a las demás interesadas, en el caso de que sea aceptada la renuncia por el puerto.

Tras la renuncia de Llotja d'Alacant el pasado mes de septiembre se llevó a cabo una convocatoria para la licitación de este espacio en la que se modificaron algunos requisitos que debía cumplir el futuro concesionario de las instalaciones portuarias.

A pesar de las modificaciones, el Consejo de Administración de la Autoridad Portuaria, en sesión celebrada el 26 de septiembre de 2022, declaró desierto el concurso público de la concesión administrativa para la explotación de la lonja de pescado en el puerto de Alicante.

Los nuevos requisitos no convencieron

La novedad más importante establecía que el futuro gestor debía comprometerse a registrar un ingreso mínimo de 150.000 anuales, sobre los que se instauraría la tasa a abonar al Puerto de Alicante que quedaba delimitada en una horquilla entre el 1,5% y del 6% de la facturación.

Además, se promovía la división de su explotación en dos zonas diferentes con el objetivo de que cualquier licitador pudiese pujar por el edificio completo o prescindir de las oficinas de la planta superior. La primera zona, ubicada en la planta baja, contenía la sala de subasta, el almacén y las oficinas. La segunda comprendía los despachos administrativos situados en su planta primera.

Lo que no variaba era el plazo de gestión, que mantenía la duración de diez años con posibilidad de una prórroga por otros cinco más. Estos alicientes no han sido suficiente para atraer empresas dispuestas a asumir la gestión de la lonja y el Puerto de Alicante no descarta nuevos cambios en una posible futura convocatoria.

A la espera de lo que pueda ocurrir con la Lonja de Alicante y de que la Autoridad Portuaria mueva ficha, los puertos de la provincia siguen con su trabajo. Así, la lonja principal de la provincia por números es la de Santa Pola. En 2021 se extrajeron 2.395 toneladas, seguida de la de Torrevieja (1.900 toneladas) y Altea, La Vila y Xàbia que superan los mil kilos. En la Comunitat Valenciana solo le supera Castellón con 3.000 toneladas anuales.

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