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Escultura de Ícaro, cubierta de excrementos. AM
Las gaviotas y palomas decoran la estatua de Ícaro en el Puerto de Alicante

Las gaviotas y palomas decoran la estatua de Ícaro en el Puerto de Alicante

Los excrementos cubren la escultura de bronce del surfista

Adrián Mazón

Alicante

Viernes, 10 de enero 2025, 20:07

El mundo del 'animal print' cuenta con una nueva textura en sus amplias gamas. La estatua de 'El regreso de Ícaro con su ala de surf' ha sido la primera en estrenarla. Los excrementos de gaviotas y palomas que sobrevuelan el Puerto de Alicante han caído en la escultura y reposan en sus 2,35 metros de altura.

La obra de Esperanza d'Ors, ubicada en las Escaleritas de la Reina desde 1999, permanece cubierta de deposiciones animales desde las últimas semanas. Los restos escatológicos han caído sobre el torso del surfista, expandiéndose hasta sus extremidades.

Distintas tonalidades en los excrementos muestran el origen de las deposiciones, además del tiempo que permanecen expuestas sobre la estatua de Ícaro en el Puerto de Alicante. Es en esta zona, en las Escaleritas de la Reina, donde las palomas campan a sus anchas, junto a las gaviotas que cruzan la dársena.

Escultura de Ícaro, cubierta de excrementos. AM

El problema de la acumulación de excrementos en este tipo de estatuas no solo es estético, sino que también afecta a los materiales. Expertos en Conservación apuntan que las deposiciones de este tipo de aves tienen ácidos que dañan el aluminio, del que están las fabricadas las alas de Ícaro en forma de tabla de surf.

También inciden en que el bronce fundido, material principal de esta escultura, también es propenso a presentar -por este tipo de deposiciones- manchas de oxidación y desprendimiento del metal, además de ofrecer una imagen de «suciedad generalizada».

Este tipo de daños se suman a otros ya vividos en la escultura de 'El regreso de Ícaro con su ala de surf'. Fue en septiembre de 2012 cuando un yate colisionó contra la figura y la hundió en el Puerto de Alicante. A esto se suman los saltos 'virales' que dan los transeúntes, tanto a plena luz del día como en la noche, para llegar desde las escaleras al pedestal que sujeta la estatua.

Otras anécdotas que vive la estatua de Ícaro surgen por el temporal. Sus pies permanecen secos por el incremento de la presión atmosférica, que provoca un descenso del mar y deja al descubierto los bajos de esta escultura, apunta el geólogo Manuel Peña.

La ubicación de esta escultura es idónea para plasmar el mensaje que propone su autora, Esperanza d'Ors, a través de la reinterpretación del mito de Ícaro. Es en Alicante donde resurge este personaje, tras volar con unas alas de cera y plumas creadas por su padre, Dédalo, para huir de la isla de Creta, gobernada por el rey Minos.

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