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Por qué 'amar' tus michelines y tus arrugas no te va a hacer necesariamente más feliz sino tal vez todo lo contrario

El 'body positive' es una corriente aparentemente irreprochable, pero ¿y si no fuera tan positiva?

Lunes, 27 de octubre 2025, 00:03

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Esa nariz tan respingona, los michelines, las arrugas, las manos demasiado grandes, el pecho demasiado pequeño, las estrías, la coronilla que clarea... Te han enemistado durante años con el espejo y han minado tu autoestima. Pero, ¿y si pudieras darle la vuelta?, ¿y si en lugar de odiar tus 'defectos' físicos los amaras?

Es la teoría irreprochable del 'body positive' (positividad corporal en castellano), un movimiento social inicialmente surgido para luchar contra el estigma que sufren las personas con sobrepeso, pero que trasciende los kilos para defender la aceptación de todos los cuerpos y todas las partes de él, independientemente de si cumplen los estándares de belleza que impone Instagram.

¿Acaso puede achacársele algún 'pero'? Varios, advierten psicólogos y sexólogos. Cuatro profesionales hacen aflorar las sombras de un movimiento que, dicen, puede resultar contraproducente y mermar aún más la autoestima de la persona.

Javier García Psicólogo

«Ponerte en el espejo y decirte 'soy una reina' tiene una efectividad limitada»

«Aunque esta corriente nace con una intención valiosa, muchas veces cae en una positividad exagerada y superficial. Decirle a alguien que, sencillamente, debe amar los michelines o esa cicatriz que lleva odiando desde los 13 años puede generar frustración. Ponerse delante del espejo y repetir frases como 'soy fuerte', 'soy una reina' o 'puedo conseguir todo lo que me proponga' parece una solución rápida y sencilla para mejorar nuestra autoestima, pero su efectividad real es muy limitada. Solo funciona al principio, como chute de motivación, como cuando te apuntas al gimnasio pero solo vas tres días. Funciona en personas con buena autoestima, a modo de refuerzo, pero para aquellas con creencias negativas muy arraigadas sobre sí mismas, estas afirmaciones no solo son ineficaces, sino que pueden resultar contraproducentes, generando sensación de fracaso y malestar por percibirse como falsas e irreales.Así que antes tenía un problema y ahora tiene otro. La solución es tener una opinión más neutral sobre el cuerpo. Tus defectos están ahí y no pasa nada. Pero tampoco tienes que presumir de ellos. El cuerpo va más allá de la estética, te permite salir a pasear, acariciar a tu pareja, oler el café... Y eso te lo permite tengas o no estrías o verrugas».

Vanesa Fernández Psicóloga

«Una cosa es la aceptación, que es lógica, pero otra muy distinta es la aprobación»

«No me gustan todas estas corrientes que promulgan que tenemos que ser personas super controladas, autogestionadas, que tenemos que alegrarnos de estar tristes, que debemos ser valientes para afrontar situaciones muy duras y que nos tiene que gustar lo que no nos gusta. Una cosa es la aceptación, que es algo lógico y asumible, pero otra muy distinta es la aprobación. Yo puedo aceptar que soy como soy y que hay cosas de mí que no me gustan y sigo funcionando perfectamente. Pero si algo no me gusta y tengo posibilidad de cambiarlo, lo cambio sin mayor drama».

Roberto Sanz Sexólogo

«Lo importante no es la forma del cuerpo, sino la salud. Y de eso no habla esta corriente»

«El 'body positive' es interesante como forma de contrarrestar tanta presión sobre los modelos de belleza inalcanzables y superficiales. Pero no es impecable puesto que sigue dejando de lado la variable de salud. Un cuerpo debe ser saludable, independientemente de la forma. Aunque esta corriente puede generar mucha frustración en personas con cuerpos no normativos a las que les cueste aceptarse, no deja de ser una herramienta muy positiva para favorecer ese cambio. Además, la base del concepto es no exigente, es decir, no exige que te aceptes ni que cambies tu cuerpo o lo moldees, sino que adquiera la categoría social de 'válido'».

Antonio Cano Psicólogo

«A veces puede ser un autoengaño y una mala estrategia de cambio»

«Hay una percepción social de las personas obesas errónea: tienen poca fuerza de voluntad y se dedican solo a comer. No es así, pero la gente con sobrepeso se siente precisamente así porque es como les hacen sentir y, en consecuencia, odian su cuerpo. La obesidad no tiene fácil solución y trasciende, además, de lo estético. Si tú pasas a decir: 'Me quiero mucho como soy', cuando llevas toda tu vida detestando tu imagen corporal, implica negar todo lo que sentías antes. Es, en cierto modo, un autoengaño. Y no es, desde luego, una buena estrategia de cambio».

Por qué no somos lo que creeemos

  • Necesito que me acepten: «En la adolescencia no tenemos la madurez para entender que la apariencia no determina nuestro valor. A esa edad no encajar en los cánones de belleza dificulta para ser aceptado».

  • Esa gente no existe «La sociedad, especialmente las redes y la publicidad, nos exponen a modelos de belleza idealizados e irreales. Hace que sea casi imposible sentirnos cómodos en nuestro cuerpo».

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