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La revolución de los tejados y cubiertas llega a la Universidad de Alicante. La institución académica da un paso más en su apuesta por la sostenibilidad y el ahorro energético con la creación de huertos solares en sus principales edificios del campus de San Vicente y en los párquines de la zona Oeste.
Esta nueva instalación se sumará a la planta fotovoltaica instalada -compuesta de 426 módulos fotovoltaicos de 335 W pico cada uno- el pasado mes de diciembre de 2022, la cual da servicio a los equipos de investigación del Parque Científico los 365 días del año.
Las actuales dimensiones del campus -el cual se encuentra en plena expansión- han convertido a la UA en «una ciudad de tamaño medio», explica el vicerrector de Infraestructuras, Salvador Ivorra. Por ello, al contar con la centralización del suministro eléctrico «nuestros consumos son muy superiores a los de un ayuntamiento» de un municipio de su misma envergadura.
Salvador Ivorra
Vicerrector de Infraestructuras, Sostenibilidad y Seguridad Laboral de la UA
Como ejemplo, el catedrático habla del Ayuntamiento de Alicante y su comparación con la Universidad. Esta consume «unos 19MWh al año», un consumo superior «en unas 25 veces al que consume un ayuntamiento similar al de la ciudad de Alicante» en el mismo periodo de tiempo.
En este sentido, desde la institución académica, con el fin de ahorrar en su factura de la luz y avanzar hacia un presente aún más verde, ha optado por la creación de instalación fotovoltaica propia en sus inmediaciones. En cuanto a características, esperan que la planta suministre, como mínimo, el 15% de la energía del campus y su producción sea de unos 3MWh al año. Esta viene a ser «unas cuatro veces superior a las necesidades» del consistorio alicantino, matiza Ivorra.
La nueva instalación energética de la UA será de autoconsumo y estará en funcionamiento «todo el día», según apunta el vicerrector Salvador Ivorra. La monitorización del consumo del campus durante todo un año muestra que «existirán excesos en periodos valle», es decir, en periodo de vacaciones y fines de semana sobre todo. Por ello, se ha firmado un «protocolo de intenciones» con el Ayuntamiento de San Vicente del Raspeig con el fin de «poder disponer en un futuro de una posible Comunidad Energética» entre ambas instituciones.
Tras elaborar un estudio del análisis de la instalación, en el que «se ha monitorizado el consumo del campus durante un año completo observando las zonas pico y valle, los períodos vacacionales y fines de semana», la UA ha puesto en marcha el proceso de contratación de esta planta por valor de 4.112.293,90 de euros (IVA incluido).
La instalación fotovoltaica será propiedad de la empresa licitadora durante diez años, tiempo que permite a la UA amortizar la invesión y «optimizar los costes» de esta nueva planta, según ha determinado también el estudio preliminar. Pasado este tiempo, una comisión revisará el estado de la planta, que pasará a ser propiedad de la institución académica con el fin de continuar generando energía propia y verde.
La primera fase de instalación de esta planta fotovoltaica se distribuirá «por gran parte del campus». La Universidad de Alicante, según ha explicado su vicerrector de Infaestructuras, «ha puesto a disposición de la empresa que gane el concurso» las cubiertas de los principales edificios, así como zonas de parquin en el Campus Oeste.
De este modo, la nueva instalación solar se ubicará en en los aularios uno y tres, en los edificios Germán Bernácer, Institutos Universitarios, Óptica, la Escuela Politécnica Superior dos y tres, además de otras dependencias como los Servicios Técnicos de Investigación y el Edificio de Institutos de Investigación.
La puesta en marcha de las estructuras que albergarán las placas solares «no generarán impacto visual destacable en la estética» de los edificios al ir sobre sus cubiertas. Asimismo, estas también irán en la zona de aparcamientos próximos a los departamentos de la zona de expansión mediante armazones de doble uso: generar sombra en los párquines y producir energía eléctrica limpia para autoconsumo.
Esta se podrá consumir en cualquier edificio o infraestructura debido a que la institución académica cuenta con «un campus único completamente conectado» a través de «instalaciones eléctricas propias que conectan los edificios», explica Ivorra. Este sistema posibilita «inyectar la energía producida en diversos puntos del campus» en toda la red. Dicha estructura energética garantiza que las obras en la urbanización del campus «serán muy reducidas».
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