Secuestradas y obligadas a prostituirse: el infierno de cuatro mujeres liberadas en una discoteca de Orihuela
Sus captores, ya detenidos, las maltrataban y pagaban sus servicios sexuales con drogas
Una discoteca de Orihuela se había convertido en la casa de los horrores para cuatro mujeres, encerradas contra su voluntad y obligadas a ejercer la prostitución. Las víctimas sufrían control, maltrato y recibían sustancias estupefacientes por sus servicios sexuales, según relataron a los agentes. Un aviso alertó a las autoridades, que acudieron al local de ocio nocturno para poner fin a la pesadilla.
La Policía Nacional, en coordinación con la Policía Local de Orihuela, ha detenido a los captores, un hombre y una mujer, de 40 y 44 años, por su presunta implicación en delitos relativos a la prostitución, detención ilegal y lesiones, según fuentes de la investigación.
En cuanto a las víctimas, eran originarias de Marruecos (dos), Colombia y República Dominicana, con edades comprendidas entre los 30 y 48 años. Todas presentaban un alto nivel de ansiedad, por lo que se solicitó un equipo sanitario que las asistió en el lugar.
Los agentes tuvieron conocimiento de los hechos de madrugada cuando unidades de Policía Local de Orihuela recibieron una alerta sobre una posible privación de libertad en un local de ocio. Al parecer, cuatro mujeres estaban encerradas en el interior del establecimiento y existían indicios de que podían estar siendo víctimas de explotación sexual.
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Por todo ello, se organizó un dispositivo conjunto en el que participaron tanto patrullas de Seguridad Ciudadana de la Policía Nacional de Orihuela como de la Policía Local del municipio. Los uniformados acudieron al lugar, donde fueron requeridas directamente por las mujeres desde el interior de una de las puertas que daba a la calle. Éstas, entre sollozos y gritos, pidieron ayuda al no poder salir del inmueble.
Los agentes comprobaron que todas las entradas al local estaban cerradas, algunas con cadenas que impedían su apertura. Para liberar a las víctimas, fue necesario forzar uno de los accesos mediante la rotura de un candado, de acuerdo a las mismas fuentes.
Secuestradas por una pareja
Las primeras indagaciones desvelaron que las mujeres vivían en ese lugar, ejercían la prostitución y eran controladas en sus movimientos. Además, declararon que les retiraban el dinero obtenido por los servicios sexuales y que, en su lugar, recibían como forma de pago sustancias estupefacientes. Asimismo, indicaron que eran obligadas a mantener relaciones sexuales incluso cuando no querían, y que habían sufrido malos tratos físicos y psicológicos.
Esa misma noche, los agentes lograron identificar y detener a una mujer de 44 años, presunta responsable de los hechos. Posteriormente, el Grupo de Policía Judicial de la Comisaría de Orihuela continuó con las investigaciones, logrando localizar y detener a la mañana siguiente al segundo implicado, de 40 años, pareja de la otra arrestada y con antecedentes por hechos similares. Ambos fueron detenidos en la misma localidad en menos de ocho horas y puestos a disposición del Juzgado de Instrucción de Guardia de Orihuela.
Detección de la trata y la explotación sexual
La Policía Nacional recuerda la importancia de la colaboración ciudadana para detectar y denunciar situaciones de explotación sexual. El fenómeno de la trata de seres humanos con fines de explotación sexual es una grave violación de los derechos fundamentales. Suele afectar a personas en situación de necesidad, muchas veces sin redes familiares ni recursos, que son manipuladas o forzadas mediante violencia, amenazas o engaños.
Para prevenir este tipo de delitos, la Policía Nacional dispone de canales confidenciales de denuncia, como el correo trata@policia.es y el número gratuito 900 10 50 90, donde no queda rastro de la llamada en la factura. También se desarrollan campañas informativas, charlas en asociaciones, centros de acogida y centros educativos, para dar a conocer las señales de alerta y cómo actuar ante posibles casos.
Desde las instituciones públicas se anima a toda la ciudadanía a no mirar hacia otro lado. La denuncia salva vidas y permite devolver la libertad y la dignidad a quienes más lo necesitan.
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