Detienen a un conductor kamikaze tras una peligrosa persecución de casi dos horas entre El Campello y Busot

Una peligrosa persecución de casi dos horas con giros bruscos, circulando en sentido contrario y a 140 km/h que ha acabado con un conductor kamikaze detenido. Así fueron los momentos de mucha tensión vividos por agentes de la Policía Local de El Campello durante una intervención que arrancó a las 23 horas y no finalizó hasta la una de la mañana, momento en el que consiguieron cazar al conductor.

El detenido circulaba en un Citroen Saxo que llamaba la atención por su color dorado, por llevar luces rotatorias a modo de policía y pintadas en todos lados con la palabra 'polizei'. De hecho, el vehículo carecía de seguro obligatorio y de ITV, lo que motivó a los agentes a darle el alto, emprendiendo así una persecución con giros bruscos, multitud de ilegalidades y velocidades muy altas, llegando hasta Busot, donde fue acorralado y arrestado.

Fue sobre las 23 horas cuando una patrulla de la Policía Local de El Campello, que realizaba su turno por la calle San Bartolomé, observó este vehículo, procediendo a darle el alto y solicitando refuerzos. A la altura de la rotonda de la avendia de Alcoi, otro coche de los agentes se situó por delante del sospechoso, indicándole mediante señales luminosas que parse. Fue en este momento cuando comenzó la huida del vehículo infractor, que con un acelerón adelantó al policía.

La persecución fue por la calle San Bartolomé, dirección hacia Valencia, donde el conductor se saltó un semáforo en rojo, obligando a los vehículos a apartarse y llegando a ponerse a 100 kilómetros por hora. Una vez en la rotonda de la calle San Ramón, giró en dirección contraria y la tomó a 140 kilómetros por hora.

Al llegar a la altura de la avenida El Vincle, la persecución discurrió por la carretera CV-777, en dirección Busot. Una vía de doble sentido sin luces, característica que aprovechó el conductor para apagar las luces y tomar gran velocidad circulando en el carril contrario para minimizar el riesgo de las curvas. Unos hechos que generaron «un grandísimo riesgo a la circulación», según narran los agentes del operativo.

Poco antes de llegar a Busot la policía aceleró para ponerse por delante del vehículo, pero este dio un fuerte volantazo, obligando a la patrulla a desplazarse hacia el arcén y parte del camino izquierdo de la vía. Fuentes cercanas al suceso indican que la maniobra demostró «un total desprecio» a la vida de los agentes, ya que de no reaccionar pronto podría haberse generado un accidente muy grave.

Fue en Busot cuando los agentes lograron darle caza, no sin antes continuar con la persecución por las calles de la localidad. El kamikaze se saltó semáforos, cedas y stops, adentrándose en una zona de chalés, calles estrechas y, en algunos casos, circulando en dirección contraria.

Al llegar a la calle Limoners, el conductor accedió a un descampado de tierra sin salido, lo que no cesó su huida y continuó campo a través. Finalmente una patrulla de la Policía Local logró interceptarse, pero un nuevo volantazo acabó por hacerle chocar contra el coche policial.

Una vez neutralizado, y al verse ya acorralado, el fugitivo salió del vehículo y empezó a lanzar puñetazos y empujones a los agentes, que procedieron a reducirlo, esposarlo y detenerlo, superando su activa resistencia. El detenido fue entregado al cuartel de la Guardia Civil de El Campello, que a su vez lo ha puesto a disposición del Juzgado de guardia. Se le acusa por los presuntos delitos de desobediencia grave, conducción temeraria, atentado a agente de la autoridad y resistencia.

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