Detenido en Alicante por robar redes de pesca para extraer el plomo y venderlo en una chatarrería

Hasta 28 redes de pesca de los barcos de tres pescadores de Alicante, valoradas en más de 30.000 euros, desaparecieron en cuestión de días. La denuncia de las víctimas puso en marcha una investigación policial para aclarar los robos y dar con el ladrón, un hombre de 45 años, quien presuntamente extraía el plomo de las redes para venderlo en una chatarrería, según fuentes de la investigación.

Para capturar al sospechoso, los agentes de la Policía Judicial de la Comisaría de Distrito Centro de Alicante inspeccionaron varias mercantiles de recuperación de metales en las que obtuvieron datos de las compras de plomo realizadas a particulares. Y hallaron datos que hicieron saltar la alarma.

En una de las empresas figuraban 39 ventas de cantidades inusuales de plomo realizadas por un individuo, espaciadas a lo largo de varios meses y que acompañaba con la venta de pequeñas cantidades de otro tipo de metales como cobre, aluminio o acero para no levantar sospechas. En total, el presunto ladrón había vendido 1.351 kilogramos de este metal pesado.

Además, las ventas se iniciaron tres días después del primer robo, por lo que el plomo podría provenir de las redes de pesca robadas. El delincuente intentó no levantar sospechas en el comprador realizando las ventas en diferentes días.

Finalmente, los agentes identificaron al presunto autor de los robos, quien fue localizado y detenido por la comisión de un delito de hurto. La Policía Nacional ha podido recuperar siete lingotes con un peso total de 81,5 kilos, los cuales habían sido vendidos por el detenido días antes de su captura.

La investigación para dar caza al sospechoso comenzó tras la denuncia de un pescador del puerto pesquero de Alicante en la que aseguraba que le habían robado las 22 redes de pesca con las que faenaba, valoradas en unos 5.600 euros.

Conforme avanzaban las pesquisas los efectivos tuvieron conocimiento de otros dos robos cometidos en el mismo lugar, hechos que fueron denunciados por otros dos pescadores a los que también les habían sustraído un total de seis redes de grandes dimensiones, cuatro a uno de ellos valoradas entre 20.000 y 25.000 euros, y dos más al otro de los perjudicados valoradas en 4.500 euros.

Los robos afectaron gravemente a la economía de las víctimas, ya que las redes de pesca son aparejos muy caros sin los cuales no pueden faenar y cuyo sustento económico depende de ello.

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