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Alicia Negre y Raúl Hernández
Miércoles, 19 de marzo 2025, 07:33
El garaje de un edificio de Torrevieja se convirtió, hace unas semanas, en la ratonera que acabó con las andanzas de un grupo de supuestos traficantes de drogas. El golpe, derivado de la vigilancia con geolocalizadores a la que estaba sometido un supuesto 'correo' afincado en Cartagena, permitió incautar hasta 104.000 pastillas de éxtasis, uno de los mayores alijos de esta droga de diseño decomisados en los últimos años en España. Esta operación de la Unidad de Droga y Crimen Organizado (Udyco) de la Policía Nacional de Murcia, que aún permanece bajo secreto, se salda, por el momento, con la detención de cinco supuestos integrantes de la banda, entre ellos su presunto cabecilla.
«Yo tantas pastillas no las puedo soltar si los rusos no traen toda la pasta». Son las 13.30 horas del martes 25 de febrero. En el aparcamiento de un supermercado de Torrevieja, unos policías tratan de pasar desapercibidos mientras agudizan el oído para captar la conversación de unos presuntos traficantes de drogas. «No me fío de que nadie robe», larga uno de los supuestos narcos ante los agentes encubiertos. «Van a robar a su puta madre».
Estos investigadores han llegado hasta el aparcamiento de este conocido súper de la localidad alicantina siguiendo el rastro de Frantisek D., alias Peter, un eslovaco de 56 años, afincado en Cartagena, al que consideran el 'correo' de una organización de traficantes de droga. En la cafetería de ese establecimiento, Peter se va encontrando con diferentes personas que van llegando a bordo de sus coches, sin saber que sus pasos están siendo seguidos de cerca por la Policía.
Montado en un nada discreto Porsche Panamera, entra en el aparcamiento el argelino Faouzi O., al que la Policía considera el presunto cabecilla de la banda. Tras captar retazos de la conversación que algunos de ellos están manteniendo en la cafetería, los especialistas de la Udyco llegan a la conclusión de que están preparando un inminente pase de droga y se pegan a ellos, solicitando refuerzos.
Los agentes observan cómo el conductor de un Opel Vectra recibe instrucciones de los miembros del grupo y siguen el vehículo hasta una vivienda de la Calle Santa Petra, en Torrevieja. Allí los dos ocupantes del coche se bajan y salen a los pocos segundos cargados con dos mochilas de montañismo y una bolsa de grandes dimensiones. Con el coche ya cargado, se mueven hasta el garaje de un edificio en la Calle Ciprés, en la pedanía torrevejense de La Mata, donde les aguardan Peter y el resto de hombres que le acompañaban en el supermercado.
Uno de los policías consigue colarse en el interior del garaje por una puerta peatonal interna y aprecia a los supuestos traficantes arremolinados sobre el maletero del Opel Vectra. Peter y otro de los hombres se encaminan a uno de los vehículos cuando los miembros de la banda se percatan de la presencia policial y, al grito de «corre, policía, corre», se desata la locura. En ese momento Peter se saca del calzoncillo una bolsa que lanza al suelo, adentrándose a toda prisa en uno de los coches.
Los policías deciden en ese instante identificarse, dando el alto al grito de policía y enseñando sus placas, pero eso no parece ser un obstáculo para estos supuestos delincuentes que siguen su objetivo de escapar a toda costa. Uno de los sospechosos arremete contra los policías cuando trata de huir. Pese a ello, Amar B. es detenido y los agentes comprueban que vive en ese mismo edificio en un piso que queda inmediatamente custodiado.
En el maletero del Opel Vectra los agentes de la Udyco descubren un alijo que supera sus expectativas: hasta 104.000 pastillas de éxtasis ocultas en las mochilas y bolsas que habían observado recoger a dos de los investigados. En la bolsa que Peter había arrojado al suelo en su huida, los agentes descubren otras 91 pastillas con logotipos de Porsche.
Los agentes, mientras tanto, se dirigen a los domicilios de algunos de los implicados en los hechos. En uno de ellos, un vecino relata que pocos minutos antes ha visto a un hombre abandonando la casa con varios bultos de bastante peso. Los investigadores sospechan que el desconocido ha acudido a 'limpiar' la vivienda tras saber que la Policía le pisaba los talones a la red. La Policía descubre, además, que los vehículos implicados en este supuesto pase de droga habían sido previamente robados en Francia.
Tras la incautación sorpresiva de este alijo récord, el Juzgado de Instrucción Número 1 de Cartagena, que dirige la investigación, ordenó el registro de varias viviendas asociadas a la trama. En ellas se encontraron, además de anotaciones y otros útiles supuestamente ligados al tráfico de drogas, hasta 820 pastillas de Tramadol. Este es un analgésico opioide que suele utilizarse para la adulteración de drogas como el éxtasis para potenciar sus efectos y aumentar el beneficio.
La Udyco considera que Peter trabajaba como 'correo' para la banda realizando pases de droga o de dinero entre grupos. En su atestado, los especialistas destacan su «extrema violencia» al tratar de zafarse de la vigilancia policial.
Los agentes apuntan además a Faouzi O. como el supuesto cabecilla de la red. Un rol que, consideran, compartiría con otro sospechoso que aún no ha podido ser detenido y que quedaría evidenciado en que el mismo repartía funciones entre el resto de sospechosos y no participaba en las acciones más comprometedoras, como guardar la droga o transportarla. El supuesto jefe de la banda no se manchaba las manos, pero acabó cayendo en el mismo golpe.
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