Cazan a una pareja de ladrones 'cariñosos' en la autovía de Alicante con dos Rolex valorados en más de 50.000 euros

Eran profesionales del hurto 'cariñoso'. Técnica que habían practicado anteriormente en varias provincias españolas, según fuentes policiales. La mujer, presuntamente, se aproximaba a la víctima, la acariciaba y piropeaba y, aprovechando el desconcierto, le robaba las joyas de más valor. Mientras, él la esperaba en el interior de un vehículo para huir. Así actuaron, supuestamente, en Dénia y La Nucía. El botín: dos Rolex valorados en más de 50.000 euros, según ha detallado la Policía.

La pareja de ladrones, de 23 y 24 años y de origen rumano, huyó en un coche por la autovía A-70. Agentes de la Policía Nacional de Benidorm identificaron el turismo y lo localizaron a la altura de Sant Joan, donde le dieron el alto. Los efectivos, tras registrar a los sospechosos, hallaron los dos relojes sustraídos entre la ropa de la mujer. Los policías confirmaron que uno de los artículos coincidía con el robado horas antes en La Nucía, valorado en 8.000 euros. El otro habría sido arrebatado apenas 30 minutos antes en Dénia, el cual estaba valorado, según la víctima, en 43.100 euros.

La Policía Nacional devolvió los efectos sustraídos a sus legítimos propietarios, y los presuntos autores del robo fueron puestos a disposición de los Juzgados de Instrucción de Guardia de Alicante. Los detenidos contaban con antecedentes anteriores por la comisión de ilícitos similares ocurridos en diversas provincias españolas, según las mismas fuentes.

Esta metodología delictiva consiste en la aproximación de una mujer (la autora) a un varón (la víctima). Una vez situada muy cerca, inicia una serie de caricias, piropos e insinuaciones libidinosas, que provocan en la víctima desconcierto. Después del uso de dicha maniobra de distracción, la autora aprovecha para sustraer aquella joya o reloj de elevado valor que portase la víctima.

En estos casos, la mujer suele ir acompañada de otros coautores que esperan en las proximidades en un vehículo para dar cobertura y así, poder huir del lugar rápidamente una vez perpetrada la sustracción. También, para ofrecer protección en caso de que la víctima se resista al percatarse de la sustracción, no dudando, en la mayoría de casos, en utilizar la violencia si es necesario para culminar el robo, señalan desde el Cuerpo.

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