Un hombre de honor: el coronel José Hernández Mosquera se despide tras seis años en la Comandancia de Alicante
Lideró el 'caso Nemo' y la búsqueda del asesino en serie de Alicante, mientras acercaba la Guardia Civil a la sociedad con una visión moderna y humana
Después de cerca de cuatro décadas de servicio, el coronel jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Alicante, José Hernández Mosquera, se despide. Lo hace con la misma discreción con la que ha liderado cada operación, con la misma templanza que ha transmitido a quienes han trabajado a su lado, y con la gratitud sincera de una sociedad que, aunque a veces no ve el rostro de quien la protege, ha contado con él siempre que ha hecho falta. Este sábado, 12 de julio, pasa a situación de reserva.
Desde su primer destino como teniente en Buñol hasta sus últimos años como jefe de la Comandancia de Alicante, pasando por las montañas de Jaca -Huesca- y una etapa intensa en Almería, Mosquera ha estado al frente de inumerables casos, algunos de los más mediáticos del país.
Fue pieza clave en la investigación del conocido 'caso Nemo' que acabó con la detención de Ana Julia Quezada, autora confesa del asesinato de Gabriel Cruz, hijo de su pareja, en la finca almeriense de Las Hortichuelas en 2018. Un crimen que conmocionó al país y que dejó huella en el coronel, quien aseguró ante los medios de comunicación que vivirá con las imágenes «toda mi vida».
Llegó a Alicante en enero de 2019 procedente de la Comandancia de Almería. Aterrizaba en un acuartelamiento considerado el tercero de España en importancia por niveles de denuncias y plantilla, con la mirada puesta en la ciberdelincuencia y las nuevas formas de violencia contra los niños, las mujeres y las personas mayores, además de la necesidad de construir un nuevo cuartel en la ciudad que, desafortunadamente, no verá en activo, como expresó en el acto del 181 aniversario del Instituto Armado en Alicante, el último que presidió.
José siempre defendió una comandancia digna, acorde a los retos de seguridad del siglo XXI. «Me hubiera gustado ver al menos alguna piedra», lamentaba sobre el retraso en las obras de la nueva sede del Instituto Armado en Rabasa. Y aun así, con elegancia, añadía: «La esperanza todavía la tenemos».
Impulsó la Oficina Periférica de Comunicación (OPC) en Almería para acercar la Guardia Civil a la ciudadanía
Uno de los legados menos visibles pero más significativos del coronel Hernández Mosquera fue su impulso a la Oficina Periférica de Comunicación (OPC) durante su anterior destino en Almería. Consciente de la necesidad de acercar la Guardia Civil a la ciudadanía, apostó por abrir canales con los medios informativos.
Fue un gesto valiente, más que loable, que reflejaba su visión moderna de la institución: un Cuerpo transparente, cercano y conectado con la sociedad a la que sirve. Ese mismo espíritu comunicativo lo mantuvo en Alicante, facilitando siempre el trabajo de los periodistas sin perder el rigor institucional.
Nikolay: 'el asesino de los ojos muertos'
Al frente de la Guardia Civil en la provincia de Alicante tuvo que lidiar con numerosas operaciones, entre las que destaca la caza de un ciudadano ruso que mataba al azar, en 2020. Asesinó a un agricultor en Los Montesinos y a una funcionaria judicial en Elche, y lo intentó con una limpiadora en un portal de Torrevieja, en el año 2020.
La 'operación Phoenix-progreso', llevada a cabo conjuntamente con la Policía Nacional, se alargó durante dos años. Tenían que descubrir la identidad del individuo que estaba actuando violentamente en la provincia, dejando dos familias destrozadas.
Los investigadores decidieron difundir las imágenes para recabar testimonios. Y dio resultado. Amigos del asesino certificaron su identidad. Llevaba viviendo 15 años en España, excepto dos que volvió a su país de origen para el servicio militar, del que, según confirmaron los investigadores, regresó «trastornado».
Con Nikolay ya identificado, las pesquisas requirieron apoyo internacional. También descubrieron que el día en que atacó mortalmente a la funcionaria judicial mientras paseaba a su perro en La Hoya -pedanía de Elche-, la madre del asesino, una agente inmobiliaria que trabajaba en la provincia, le había comprado un billete de avión para volar de regreso a Rusia.
Las autoridades rusas informaron de que el fugitivo estaba ingresado en un psiquiátrico en su país, tras haber sido juzgado por un homicidio cometido en Moscú el 20 de diciembre de 2020, el tercer crimen de su serie. Las pruebas de ADN coincidían con los asesinatos cometidos en la provincia de Alicante. Nikolay fue declarado no juzgable en Rusia, donde sigue internado en el psiquiátrico. El Ministerio del Interior premió la operación.
La familia del tricornio verde
Natural de Pontevedra, forma parte una familia de guardias civiles. Los tres hermanos -José, su mellizo Juan y el menor, Alejandro- han seguido los pasos de su padre, también guardia civil. José se despide ahora de la Comandancia de Alicante, mientras Juan lidera la de Canarias y Alejandro está al frente del Cuerpo en Baleares. Tres destinos clave bajo el mando de tres hermanos marcados por la misma vocación y el mismo respeto a los valores de la Benemérita: lealtad, servicio y compromiso con la ciudadanía.
José Hernández Mosquera ingresó en la Academia de Zaragoza en los años 80, en plena convulsión de los años de plomo, cuando ETA atacaba con frecuencia. Fue allí donde su temple se forjó, compartiendo camino con su hermano gemelo, Juan Hernández, quien siguió una trayectoria igualmente admirable en el ámbito de la inteligencia y la coordinación operativa del Estado.
Los tres hermanos encarnan el espíritu más puro del Cuerpo: trabajo silencioso, fidelidad institucional y sacrificio. Mientras José ascendía en la estructura territorial; Juan sobrevivía a un atentado de ETA en Lecumberri (Navarra) en 1990 y, años después, participaba en operativos clave contra el terrorismo y el proceso independentista en Cataluña. Por su parte, Alejandro Hernández, entre otras labores, veló por la seguridad del expresidente del Gobierno Mariano Rajoy. Juntos, aunque en distintos frentes, han sido parte fundamental del esfuerzo por sostener el orden constitucional en España.
Alicante lo echará de menos
Con la marcha del coronel José Hernández Mosquera, Alicante pierde, y mucho. No solo despide a un jefe de Comandancia, sino a un servidor público que ha sabido encarnar los valores más nobles de la Guardia Civil. Su impronta queda en cada operación liderada con sigilo y eficacia, en cada decisión tomada con templanza, y en la confianza que supo generar en los profesionales que lo acompañaron. Pero también en el reconocimiento silencioso de quienes, desde los medios de comunicación, encontraron siempre en él a un interlocutor respetuoso, accesible y consciente del valor de la información veraz para una sociedad libre.
Su legado, aunque no siempre visible, es profundo y duradero. Alicante le agradece su entrega, su visión y su humanidad. Y el periodismo, su respeto y su firme defensa del derecho a saber. Se despide un coronel, queda su ejemplo.
