Alicantinos viven en Roma el histórico funeral del Papa Francisco
Un grupo de seis amigos se han unido a los miles de fieles que han seguido la ceremonia en la plaza de San Pedro
Mientras la ciudad eterna se despertaba este sábado en una de las jornadas más tristes de los últimos también han abierto sus ojos un grupo de amigos de Alicante. Alejo Arias, Sandra su mujer y otros dos matrimonios son seis de las más de 400.000 personas que el 26 de abril han acudido al histórico funeral del Papa Francisco en la plaza de San Pedro del Vaticano.
«Esto es una bestialidad de gente», explicaba Alejo a primera hora de la mañana mientras caminaba por las calles de Roma. En su camino han encontrado un gran despliegue de seguridad para garantizar el buen desarrollo de un fuenral al que han asistido líderes de todo el mundo. Helicópteros, drones, motos y coches de los Carabinieri acompañaban a los peregrinos que se dirigían a pie.
«Está todo cortado, en las grandes vías solo pasan coches oficiales a alta velocidad», destacaba en su trayecto hasta la plaza de San Pedro. Una seguridad que se ha ido estrechando conforme se acercaban a la puerta asignada para los fieles. El resto de entradas al Vaticano permanecían cerradas o con accesos restringidos para religiosos acreditados, personas con discapacidad o comitivas oficiales.
Este alicantino ha vivido la jornada con emoción. Para él ha sido un orgullo acudir a este momento histórico. «Ha sido una misa preciosa, un acto en el que fieles de todo el mundo nos hemos unido en un mismo rezo», afirmaba con emoción tras la misa. La ceremonia ha comenzado puntual, a las 10 horas los cantos llenaban el corazón del Vaticano mientras cientos de miles de fieles se sobrecogían. «Roma es una muchedumbre de personas, hay religiosos, sacerdotes, laicos y sobre todo llama mucho la atención la presencia de tanta gente joven», explicaba Alejo.
Un destino inesperado
El viaje que Alejo y su mujer, junto a dos matrimonio más que conocen de su participación en grupos católicos, no ha sido el que esperaban. Ellos tenían pensado viajar a Roma el último fin de semana de abril para acudir a la canonización de Carlo Acutis, un jóven que falleció a los 15 años y que iba a convertirse en el primer santo millenial. Sin embargo, el fallecimiento del Papa Francisco cambió sus planes -la ceremonia se ha pospuesto-.
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Antes del viaje, Alejo explicaba que ellos como católicos , esperaban encontrar «un acto de comunión con cristianos de todo el mundo en un único momento rezando por el eterno descanso del Papa y pidiendo a Dios que tarde poco el nuevo sucesor de Pedro en la Iglesia ». «Vamos a ver una Roma llena de gente, la confirmación de que el Papa Francisco consiguió que hablaran bien de él los creyentes, los ateos o los musulmanes. Fue un papa muy abierto a todo el mundo y abrió las puerta de la Iglesia», reconocía este fiel.
Aunque el fallecimiento del Pontífice dio al traste con los planes de este grupo de amigos «la ciudad eterna siempre te ofrece una alternativa», destacaba Alejo. Durante el fin de semana ellos han compartido con miles de creyentes un evento histórico que guardarán para siempre en su memoria.
«Vamos a disfrutar de un momento increible de buenrollismo católico que últimamente está caro de conseguir», esperaba Alejo con ilusión antes de coger el avión. La realidad ha superado todas sus expectativas.
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