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Imagen tridimensional generada por ordenador del volcán Maat Mons. NASA
Descubren un volcán activo en Venus
Ciencia | Espacio

Descubren un volcán activo en Venus

Un equipo de investigadores ha identificado un respiradero de ~2.2 km2 que cambió de forma en los ocho meses que transcurrieron desde que se tomaron dos imágenes del mismo lugar

Miércoles, 15 de marzo 2023, 19:06

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En la superficie de Venus hay muchos volcanes, pero nunca se ha observado uno en erupción y, hasta ahora, no existían evidencias de actividad volcánica en curso. Por ello, los científicos no estaban seguros de si los cráteres de su superficie estaban en calma o simplemente eran restos antiguos de estas formaciones geológicas. Este miércoles, un estudio publicado en la revista 'Science' revela la existencia de un respiradero que ha cambiado de forma en la superficie de Venus, lo que interpretan como vulcanismo activo actual.

Para buscar evidencias de esta actividad, los científicos han examinado imágenes de radar de la superficie de Venus recogidas por la nave espacial de Magallanes entre 1990 y 1992. Durante su misión de dos años, Magallanes captó fotografías de la superficie de este planeta desde distintas órbitas y observó algunos lugares dos o tres veces, incluidas las áreas que, más tarde, se identificaron como posibles ubicaciones de actividad volcánica.

«Lo que la misión Magallanes reveló es que Venus tiene una superficie que, en general, es geológicamente tan joven como la Tierra, y que tiene un nivel similar de características tectónicas y volcánicas, aunque no tiene tectónica de placas. Ahora, además, sabemos que ocurren nuevas erupciones en su superficie cada pocos meses, similares a las que caracterizan a algunos volcanes basálticos terrestres», cuenta a este periódico Robert Herrick, investigador del Instituto de Geofísica de la Universidad de Alaska Fairbanks (EE UU).

El planeta Venus.
El planeta Venus.

Si bien los datos de Magallanes se recopilaron en los 90, no ha sido hasta esta última década cuando el hardware y el software de los ordenadores actuales han permitido analizarlos en detalle. «El software que utilizamos se llama JMARS, que es de la misma familia que Google Earth o Google Maps, pero está orientado a datos planetarios», cuenta el investigador. «Restringimos la búsqueda a áreas que fueron fotografiadas varias veces (en dos ciclos de imágenes). Nuestro objetivo era identificar las construcciones volcánicas que aparecían o se alteraban entre las imágenes, como conos volcánicos, fumarolas o flujos de lava».

¿Lava o escombros?

Así fue como identificaron un respiradero de ~2.2 km2 que había cambiado de forma en los ocho meses que transcurrieron desde que se tomaron dos imágenes del mismo lugar. Este está ubicado en el lado norte de un volcán en escudo que es parte de un volcán mayor, el Maat Mons, el más grande de Venus. Los volcanes en escudo se caracterizan por tener pendientes muy suaves, lo que significa que las erupciones tienden a ser menos explosivas y más fluidas. «En la Tierra, este tipo de volcanes son especialmente comunes en las islas oceánicas, como Islandia, Canarias, Hawái y las Islas Galápagos», expresa Herrick.

En las imágenes del segundo ciclo, desde la chimenea, se aprecian flujos volcánicos adicionales cuesta abajo. Por eso, los autores interpretan los cambios observados como indicativos de actividad volcánica en curso en Venus. Sin embargo, cabe la posibilidad de que esos flujos estuvieran ya presentes en el primer ciclo de imágenes, pero fueran invisibles debido a las diferencias en la geometría de las fotografías.

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Un respiradero en la cima de un volcán podría expandirse por dos motivos: porque una afluencia de magma interrumpe, llena y expande el respiradero; o porque una cámara de magma subyacente se drena, causando un ensanchamiento por colapso parcial. Las imágenes del respiradero agrandado del segundo ciclo llevan a los científicos a pensar que se trata de un fluido (por ejemplo, lava) que llenó el respiradero. Sin embargo, todavía no se puede descartar que lo que hay en el interior de la ventilación sean escombros en lugar de un lago de lava activo o enfriado.

Es decir, cabe la posibilidad de que el aumento en el tamaño de la ventilación fuera causado, simplemente, por el colapso de las paredes el respiradero en lugar de por el magmatismo. «No conocemos ningún volcán análogo en la Tierra en los que se hayan producido cambios de varios kilómetros en un respiradero volcánico sin actividad volcánica acompañante, pero aun no podemos descartar esta posibilidad en Venus», afirman los científicos.

La búsqueda de volcanes en otros planetas, al igual que se está haciendo con la investigación en Marte, es interesante porque estos fenómenos naturales generan entornos habitables para los seres vivos. Si bien esta posibilidad es remota en Venus, según lo que se conoce, los datos recopilados por la sonda Magallanes todavía podrían darnos algunas sorpresas. La sonda fotografió el 40% de la superficie de Venus y, de momento, solo se ha analizado un 1,5%.

Los autores de este estudio se centran ahora en la planificación de VERITAS y En Vision, dos nuevas misiones a Venus que Estados Unidos y Europa esperan lanzar en 2031. Los radares de estas nuevas sondas cartografiarán el planeta tal como hizo Magallanes hace años. «Queremos comprender dónde, cuánto y con qué frecuencia ocurre el vulcanismo (y la actividad tectónica) en Venus», dice Herrick.

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