Borrar
El doctor Eusebi junto a un paciente en la Unidad del Sueño del Hospital de Sant Joan d'Alacant. Shootori

Doctor Eusebi Chiner

Jefe del servicio de Neumología del Hospital Universitario Sant Joan d'Alacant
«Siestas superiores a 20 minutos pueden reflejar un trastorno del sueño»

Expertos reportan de un aumento de la incidencia de apnea entre mujeres y jóvenes de Alicante, y señalan como principal señal de alarma los ronquidos diarios, intensos y entrecortados

Pau Sellés

Alicante

Lunes, 8 de diciembre 2025, 07:29

Comenta

Los humanos pasamos un tercio de nuestra vida durmiendo. Durante ese prolongado estado de letargo, el organismo está sometido a múltiples procesos de los que no somos conscientes y que se estudian en las llamadas unidades del sueño. El doctor Eusebi Chiner es el responsable de esta unidad en el Hospital de Sant Joan d'Alacant, adscrita al Servicio de Neumología.

Las alteraciones del sueño como las apneas pueden ser sintomáticas de otras patologías y, en caso de no tratarse, pueden derivar en problemas cardiovasculares. Además, el perfil de los pacientes que acuden a las unidades del sueño se ha ido ampliando hasta incluir a personas jóvenes sin sobrepeso, rompiendo así la tendencia general de años anteriores.

Un estilo de vida basado en la alteración de horarios y la sobreexposición a pantallas constituye un obstáculo para una buena higiene del sueño. Para detectar estos trastornos, el doctor Chiner pone el foco en analizar la naturaleza de los ronquidos, e identifica las señales de alerta ante las que conviene recurrir a un profesional.

— ¿Qué labor se hace en la Unidad de Sueño de un hospital?

Una unidad del sueño es un lugar donde se monitorizan diversos parámetros relacionados con el sueño. No solo los parámetros neurológicos, como el electroencefalograma, que nos indican si una persona está durmiendo realmente, sino también otros parámetros respiratorios: el movimiento torácico y abdominal, el flujo aéreo, el ronquido, la saturación de oxígeno… Todas esas señales integradas nos permiten saber si el paciente está durmiendo correctamente y si presenta alguna alteración durante el sueño.

— ¿Y qué tipo de patologías son las más habituales en este tipo de unidades?

Es una unidad multidisciplinar, aunque la mayoría de los casos, alrededor del 80–85%, son trastornos respiratorios del sueño, fundamentalmente apnea del sueño. También vemos otras alteraciones que aparecen en enfermedades neuromusculares, pacientes con patologías de la caja torácica u otros trastornos que afectan la respiración. Y muy importante: también atendemos a muchos niños con trastornos del sueño.

Otros problemas frecuentes son los movimientos periódicos de las piernas, el síndrome de piernas inquietas, algunas epilepsias y la narcolepsia. Estas últimas son menos comunes, pero también se estudian de manera específica.

El doctor Eusebi Chiner, responsable de la Unidad del Sueño del Hospital de Sant Joan d'Alacant Shootori

— Cuando hablamos de apnea, ¿a qué nos referimos exactamente?

Los pacientes con apnea suelen roncar mucho, a menudo de manera exagerada, y presentan paradas respiratorias periódicas durante el sueño. El individuo deja de respirar, y el cuerpo se ve obligado a despertarse —aunque sea de forma parcial— para reanudar la respiración. Estas pausas se repiten a lo largo de la noche y provocan respuestas fisiológicas negativas: bajadas de oxígeno, aumentos transitorios de la presión arterial y descargas de catecolaminas, lo que a largo plazo puede tener efectos perjudiciales.

«Cabe prestar atención cuando el ronquido es diario, fuerte, y además hay somnolencia diurna, cansancio, sueño no reparador o sensación de no haber descansado a pesar de dormir varias horas»

Dr. Eusebi Chiner

Es un problema muy frecuente en la población general, especialmente en personas de mediana edad. Es más habitual en hombres, aunque la prevalencia en mujeres está aumentando, tanto porque se estudia más como por los cambios hormonales que ocurren en la mediana edad. En algunos estudios se refleja que la necesidad de tratamiento puede llegar al 40% de la población .

— ¿Esa prevalencia es extensible a toda la población?

Depende de la edad y de la severidad. La apnea sintomática afecta al menos al 20% de la población general. En niños, entre un 5 y un 6% de los que tienen entre 4 y 12 años, y en mayores de 70 años, la prevalencia puede llegar hasta el 40%.

— ¿Cabe acudir al médico siempre que se padece apnea?

Tener alguna apnea es algo relativamente normal y puede ocurrir en determinadas circunstancias: cuando estamos muy cansados, si dormimos boca arriba, si tenemos obstrucción nasal o exceso de peso. También puede aparecer tras consumir alcohol o medicación sedante antes de dormir. Pero cuando los ronquidos son diarios, intensos y entrecortados —es decir, cuando se interrumpen por una apnea—, ya hablamos de algo más patológico.

Es importante prestar atención cuando el ronquido es diario, fuerte, y además hay somnolencia diurna, cansancio, sueño no reparador o sensación de no haber descansado a pesar de dormir varias horas. Esos son signos típicos de apnea del sueño.

Paciente en la Unidad del Sueño del Hospital de Sant Joan d'Alacant. Shootori

— ¿Y si no se trata, en qué puede derivar?

A largo plazo, la apnea del sueño no tratada puede tener consecuencias graves para la salud. Se ha relacionado con cardiopatía isquémica, infarto, ictus e hipertensión resistente, incluso en personas jóvenes en las que no sería esperable. Por eso es importante detectarla y tratarla.

— ¿Habéis notado cambios en el tipo de pacientes que atendéis?

Sí, sin duda. En los últimos años hemos visto un aumento de la población infantil, sobre todo niños con hipertrofia amigdalar que roncan habitualmente entre los 4 y los 8 años, una edad crítica para el desarrollo y la maduración neuronal.

«En mayores de 70 años se ha demostrado que el tratamiento con CPAP puede tener un efecto protector frente a el Alzheimer, el ictus y otras enfermedades»

Por otro lado, ha cambiado el perfil del adulto con apnea. Ya no vemos solo al paciente obeso y somnoliento; ahora hay más pacientes jóvenes, incluso delgados, y más mujeres. En ellas el diagnóstico suele ser más complejo: tienden a consultar menos, manifiestan más insomnio que somnolencia, y a veces su cuadro pasa inadvertido.

También estamos estudiando cada vez más a personas mayores. En mayores de 70 años se ha demostrado que el tratamiento con CPAP puede tener un efecto protector frente a el Alzheimer, el ictus y otras enfermedades.

— ¿En qué consiste exactamente la CPAP?

— La CPAP (presión positiva continua en la vía aérea) administra aire a presión, normalmente por la nariz o por nariz y boca, mientras dormimos. Actúa como un empuje neumático que mantiene la garganta abierta, evitando el ronquido y las apneas. No es un tratamiento curativo, pero sí corrector: funciona mientras se utiliza, igual que unas gafas corrigen la vista mientras las llevas puestas.

Parámetros de un estudio del sueño reflejados en la pantalla de un ordenador. Shootori

— ¿Y se usa para toda la vida?

En la mayoría de los casos, sí, porque las causas suelen ser crónicas. Pero si se corrige la obesidad, o en niños tras la cirugía de amígdalas, o si se realiza alguna intervención facial que mejore la vía aérea, puede retirarse.

— ¿Cómo se realiza el estudio del sueño?

Se colocan electrodos en la cabeza para registrar las fases del sueño, sensores junto a los ojos para los movimientos oculares, y un electromiograma en la mejilla y el mentón para valorar la relajación muscular. También se ponen sensores en las piernas para detectar movimientos, bandas torácicas y abdominales para medir la respiración, una cánula nasal para registrar el flujo de aire y un pulsioxímetro para controlar la saturación de oxígeno.

En algunos casos, durante la segunda mitad de la noche se prueba la CPAP o ventilación mecánica (como BiPAP o ventiladores volumétricos) en pacientes que lo necesitan, por ejemplo, quienes padecen enfermedades neuromusculares como la ELA o algunas distrofias.

«Hemos validado un sistema con IA que permite analizar un estudio del sueño en unos diez minutos, cuando manualmente puede llevar hasta tres horas»

Dr. Eusebi Chiner

— Dormir con todo eso debe ser complicado…

Sí, puede costar. No solemos dar medicación para dormir, pero es importante acompañar al paciente en ese proceso de adaptación, explicarle los beneficios y apoyarlo con material visual, infografías, vídeos o sesiones grupales. Curiosamente, muchos pacientes con síntomas severos notan una mejoría espectacular desde la primera noche: dicen que no dormían así de bien desde hacía veinte años.

— ¿Cuántos estudios realizáis al año en el Hospital de Sant Joan d'Alacant?

Hacemos unas 250 polisomnografías completas al año y alrededor de 1.500 estudios domiciliarios, más unas 200 pruebas de adaptación de CPAP o ventilación. En total, cerca de 2.000 estudios anuales.

Paciente se somete a un tratamiento CPAP. Shootori

— ¿Estáis implementando inteligencia artificial en el diagnóstico?

Sí. La IA se está aplicando para agilizar el diagnóstico y ayudar en la interpretación, especialmente de las polisomnografías, que requieren mucho tiempo. Hemos validado un sistema llamado Somnolizer tanto en adultos como en niños, que permite analizar un estudio en unos diez minutos, cuando manualmente puede llevar entre una y tres horas.

También hay sistemas en desarrollo, incluso algunos domiciliarios, que mediante sensores simples, como los de la barbilla, pueden detectar alteraciones respiratorias con buena correlación respecto a una polisomnografía.

«Hay que evitar estímulos luminosos y tecnológicos antes de dormir: móviles, pantallas, televisión en la habitación…»

Dr. Eusebi Chiner

— Para terminar, ¿qué consejos darías para mejorar la higiene del sueño, incluso para personas sin apnea?

Lo principal es evitar los estímulos luminosos y tecnológicos antes de dormir: móviles, pantallas, televisión en la habitación… Hay que favorecer la oscuridad y la regularidad en los horarios. La exposición a la luz natural durante el día y el ejercicio físico ayudan a regular el ciclo sueño-vigilia, aunque conviene no hacer ejercicio justo antes de dormir.

También es importante evitar el alcohol por la noche: aunque induce el sueño al principio, empeora su calidad, favorece el ronquido y las apneas, y provoca despertares nocturnos.

Leer antes de dormir, mantener un ambiente silencioso y constante, y reservar la cama solo para dormir son buenos hábitos. Dormir entre 7 y 8 horas es lo ideal.

La siesta también es recomendable, siempre que no supere los 20 minutos. Si es más larga, podría reflejar un trastorno del sueño o una falta crónica de descanso nocturno.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para registrados.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

todoalicante «Siestas superiores a 20 minutos pueden reflejar un trastorno del sueño»

«Siestas superiores a 20 minutos pueden reflejar un trastorno del sueño»